viernes, 1 de octubre de 2010

Don Domingo

Bermúdez Fernández, natural de Forgosa, Grandas de Salimes en Asturias. Había vivido y trabajado muchos años en América; Brasil y Argentina fueron sus destinos. Ahora vive solo y trabaja su tierra. Cuando baja al pueblo a cobrar la pensión, de una vez agota su día en los bares. Allí le conocí yo. Por más que le explicaba que era de una isla que se llama Puerto Rico, la más pequeña de las Antillas Mayores, se echaba una carcajada y me decía: “Tu, tú eres de Madrid y eres más majo que Zapatero”.

            No me quedó más remedio que seguirle la corriente. Me invitó a una copa de vino, yo le invité a otra, vimos el fútbol y terminó contándome sus amoríos con las mujeres brasileñas. Me hice tomar una foto con él y yo proseguí mi duro camino.



            No sabía leer, pero de todos modos junto a la foto, le envié una carta a su extraña dirección. (Recuerdo que en el correo me pidieron el código postal). “A ver si llega” me dijeron. La carta no me fue devuelta. Supongo que llegó a su destinatario, y espero que algún vecino o amigo de algún bar se la haya leído. A cambio sé que le habrá contado sobre sus aventuras en el puerto y sobre aquella brasileña llamada Mar, que nunca olvidó.

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