sábado, 17 de marzo de 2012

Del oscurantismo medieval a la derechona religiosa actual: algunos apuntes sobre sexualidad (el deseo, el cuerpo y el objeto)

            El martes, 13 de marzo la sociedad puertorriqueña se sintió rebosada de satisfacción espiritual ante la irrupción de un dúo moralista compuesto por la senadora Itzamar Peña y el pastor Carlos Sánchez. En horas de la tarde, y para añadir más placer a la lectura de los medios electrónicos del país, se sumaron a ese fiestón de delectación Yiye Ávila, la senadora Rashke y el magno presidente de la Cámara de los Senadores, el senador Rivera Shatz. En ese orden, más o menos, me fueron llegando las impresiones de estos baluartes de la ridiculez sobre la reconocida visita de Alejandro García Padilla, candidato a la gobernación por el PPD, a “The Champ Arcade” en Seattle, Washington y sobre el “bautismo” de un salón de conferencias del Senado con el nombre de Yiye Ávila.
            Sobre el primer caso, cabe destacar que esto surge una vez más como resultado de la credibilidad que los políticos, como el mismo AGP, y la sociedad puertorriqueña siguen brindando a Kobbo Santarrosa y su programa. El “escándalo” surge a raíz de la filtración y revelación de un recibo de la tarjeta de crédito de AGP en la cual se mostraba un cargo por $47,25 en el local “The Champ Arcade”. En este local, al parecer operan tanto un club de bailarinas, como un “sex shop”. Alejandro García Padilla dijo que había ido al “sex shop” a comprar un regalo para su esposa —con su dinero— mientras visitaba la ciudad para recibir un premio por su gestión como secretario del DACO en el año 2006. Hasta ahí todo normal. Claro, cabría preguntarnos si su gestión en DACO no era más que un esquema de lanzamiento al estrellato y si el desempeño de un secretario de este tipo de agencia debe ser premiado; y en todo caso por quién y para qué. Al fin y al cabo, los secretarios de agencia tampoco deberían estar recibiendo premios por lo que es su trabajo y mucho menos cuando aún ocupan el cargo. Nadie preguntó por eso; Itzamar y Carlos se encargaron de esclarecernos cuáles son los debates que deben predominar en la cosa pública.
            En declaraciones anotadas por Primera Hora, la senadora Itzamar Peña fue capaz de conectar la esencia del moralismo medieval cristiano con el derechismo religioso y providencial del cual alarde el anexionismo-neocon actual.[1] Dijo la Sra. Peña: “Alejandro García Padilla está totalmente descalificado para ocupar cualquier posición electiva ahora y en un futuro porque si queremos que nuestra juventud practique los mejores valores morales y cristianos no podemos tolerar a personas que vengan al gobierno a dar mal ejemplo a nuestra niñez y le falten el respeto a la mujer puertorriqueña”. Yo quisiera que la senadora nos especificara en qué parte de nuestro ordenamiento constitucional, jurídico, del código civil y político habla de que es parte del trabajo público promover “los mejores valores morales y cristianos”. También quisiera que especificara en qué sentido ir a un “sex shop” es dar un “mal ejemplo a la niñez” y “faltarle el respeto a la mujer puertorriqueña”. Además, ella desde una posición de juez de lo moral, se toma la potestad de dar por un hecho que es posible descalificar, ahora y en el futuro, a AGP por visitar un “sex shop”. Como si no fuera poco, añade la senadora: “Es insólito que García Padilla diga que gastó $47,25 en el negocio Champ Arcade en la ciudad de Seattle para comprarle un regalo a su esposa cuando en ese mismo lugar aparecen letreros que dicen que 'siempre abierto, nunca vestidas' en clara referencia a bailes de chicas en vivo que el candidato del Partido Popular no ha podido explicar y qué tipo de regalo fue el que supuestamente compró para su esposa en una falta de manipulación de la imagen de su cónyuge para ocultar su falta de carácter y de moral. Alejandro García Padilla, si le queda algo de seriedad y respeto a la mujer puertorriqueña, debe presentar hoy mismo su renuncia a la candidatura a la posición más alta del gobierno de Puerto Rico por el bien de la paz, el respeto a la mujer y a la sociedad de valores cristianos en que vivimos”.
           Respiro hondo y me pregunto por qué nadie de los medios de comunicación ha ido a preguntarle en qué consiste la falta de carácter de AGP, por qué quiere saber qué tipo de regalo le hizo a su esposa o cuántas chicas/os desnudas vio, de qué manera AGP obstaculizó la paz y el respeto a la mujer y qué valores cristianos son lo que predominan en nuestra sociedad. Sé que AGP, como todo buen político del patio también se escuda en estos supuestos valores de la cristiandad y por eso él también es parte del juego de mezclar las prácticas religiosas personales con el ámbito de lo público. Se pasan hablando de sus deidades, cuando deben estar hablando de escuelas, salud, economía. Si quieren hablar de sus deidades y de los valores cristianos métanse a sus templos o funden uno y así se enajenarán más de la sociedad de lo que ya están. Pero, en todo caso, si AGP no está capacitado para ser el gobernador del gobierno colonial, en ningún caso es por haber ido a un “sex shop ”.
            Pero Itzamar, no se quedó sola. Tuvo que venir el criminal y promotor del odio, Carlos Sánchez a completar la labor de animadversión. Dijo el Sr. Sánchez en relación a AGP: “Alejandro García Padilla debe renunciar. Esos productos sexuales que sustituyen la natural relación entre un hombre y una mujer por depravaciones de todo tipo conducen al pecado y a la condenación. Quién sabe si hasta usa esos productos de homosexuales y los introduce por su ano o el de su inmoral espora. ¿Acaso no es suficiente machito para complacer a su mujer?”
             Hay que respirar hondo nuevamente para que el deseo de enviarlo a un gulag de reinserción social o de clavarle un piolet en la chola no te domine. Esos cuentos del pecado y la condenación están desfasados. ¿Pretende este señor imponer el miedo con esos cuentos de hadas? ¿De dónde saca que los objetos sexuales son de homosexuales? Y si lo fueran, ¿qué pasa? ¿Si introduce un vibrador o unas bolas chinas por su ano o el de su mujer en qué lo perjudica a él o la sociedad en su conjunto? Desde los comienzos de la humanidad, el deseo y el sexo han estado acompañados de prácticas que van más allá de un pene y una vagina. Hay felaciones, cunnilingus, masturbaciones, sexo anal, diferentes configuraciones de parejas sexuales y una infinidad de objetos que nos acompañan como fetiches o no, entre muchísimas características y prácticas que darían para escribir volúmenes enciclopédicos.


            Estos guerreros de una moral desfasada en los rincones más oscuros del medioevo no saben nada del deseo, el cuerpo y mucho menos de las representaciones de la sexualidad a lo largo de la historia. Tuvieron una niñez reprimida y llena de culpa por todas las masturbaciones y pornografía que vieron a escondidas. Deben empezar a reconocer que sus descalificaciones no tendrán lugar en un país libre. No queremos machitos que satisfagan a sus mujeres. Carlos Sánchez e Itzamar son dos representantes del odio y la estupidez humana ligada al poder patriarcal y antisexual de la religión. Esa misma religión que durante años se dedicó al asesinato, a la violencia, a la humillación y a la castración de niños.
            Para rematar la tarde vino el anuncio de la senadora Rashke y el senador Rivera Shatz sobre la resolución que nombraba un salón del edificio anexo al Senado como Salón de Conferencias José Joaquín “Yiye” Ávila.[2] Este señor, otro predicador del odio y la estupidez humana, es el que dice que la mujer no puede usar pantalones (ver vídeo más abajo). Pero para nuestros ilustres senadores: “Nuestra isla es tierra de grandes pensadores, políticos, hombres y mujeres ilustres que con sus gestiones colocan a Puerto Rico en alto” [siempre en alto]. También hay hombres dedicados a sembrar esperanza en donde no la hay y a llevar un mensaje de fe y amor. Ese es Yiye Ávila.” Añade: “Yiye es un puertorriqueño que representa los valores de nuestra tierra.” ¿Y quién se ha creído esta señora para decir cuáles son lo valores de "nuestra tierra"? Yo me quedo asombrado con todos aquellos críticos, que con cierta razón señalaban algunas posturas del nacionalismo hispanófilo que pretendía homogeneizar al país, pero que callan ante estas disparatadas declaraciones de tipo totalitario. Yiye no representa los valores de muchos y muchas puertorriqueñas. Es un predicador del odio que se ha dedicado a denigrar a las personas por sus preferencias sexuales y a predicar el machismo como modelo social. Mucho menos ha logrado trascendencia más allá de su adorada “cajita del diablo”. Unos piensan y otros, como sugiere Mari Narváez en su nota, están al nivel de Yiye; algo del más allá. Por unos cuantos votos unos se venden a Yiye, otros a Aarón y otros a Ratzinger.

 


[1] Primera Hora, Itzamar Peña pide a Garcia Padilla que se retire por acudir a “sex shop”, http://www.primerahora.com/itzamarpenapideagarciapadillaqueseretireporacudirasexshop-624345.html
[2] El Nuevo Día, Predicador Yiye Ávila tiene un salón de conferencias en el Senado, http://www.elnuevodia.com/predicadoryiyeavilatieneunsalondeconferenciasenelsenado-1211731.html y Mari Mari Narváez, Salamaya, http://www.elnuevodia.com/columna-salamaya-1213532.html

jueves, 15 de marzo de 2012

Rick Santorum en Puerto Rico y el inglés como requisito para la anexión

While Puerto Rico continues to be as it is, a colony of a metropolitan power that speaks a different tongue, the language dilemma will never have definitive solution.
-René Marqués


Mi lengua, la única que escucho hablar
y me las arreglo para hablar, es la lengua del otro
.
-Jacques Derrida

            Desde la década de los noventa mucho se ha debatido y analizado sobre el carácter hispanófilo de la resistencia nacionalista en Puerto Rico. Algunos intelectuales como Luce López-Baralt declararon que había que “establecer diferencias entre los puertorriqueños de la Isla y los emigrantes angloparlantes y culturalmente asimilados en Estados Unidos”.[1] Nada más lejos de la realidad. El inglés ha sido y también es parte de nuestra resistencia anticolonial. ¿Qué mejor que ejemplo que la subversiva novela escrita en español por el filipino José Rizal en 1887: Noli me tangere?[2]
            La visita y las expresiones de Rick Santorum, precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, dan pie a que se reactive el debate sobre la identidad y el lenguaje como elementos de la lucha anticolonial.[3] Por supuesto, que esto debe hacerse sin recurrir a las exclusiones o al puritanismo hispanófilo que muchos profesan con el propósito de anclarse en una lucha que no trascienda hacia el carácter político; muchas veces transformándose en aliados del nacionalismo institucionalizado por el ELA. Santorum, con la característica prepotencia del político imperialista que visita al territorio colonizado, además de buscar dinero y participar del espectáculo de una primaria que no tiene ninguna trascendencia en la vida política del país, ha dicho muchas cosas que merecen ser analizadas.
            Lo primero que ha dicho en una entrevista con El Vocero ha sido lo siguiente: “Hablar inglés es un requisito. Es un requisito para otros estados y es un requisito para ser parte de la unión. Si quieres participar como estado, en unión a Estados Unidos, necesitas participar en el idioma que la gente habla en los estados”.[4] Entonces yo me pregunto, ¿cuál es su propuesta para comprobar que los puertorriqueños no sólo dominan el idioma, sino que son fluidos en él? ¿Nos examinarán antes de proceder a tan siquiera aprobar un proyecto de incorporación territorial o de anexión federal? ¿Habrá una policía política dedicada a velar que hablemos inglés “bien” en las “instancias oficiales”? Sí, porque para colmo y de forma descarada, el imperialista viene a decirnos, con la tierna sabiduría que le confiere el poder paternal metropolitano que el inglés “es el idioma del éxito” y que de todos modos podríamos seguir hablando español en “nuestras casas y negocios”.
            Esto último, me trajo al recuerdo aquella declaración que hiciera el ex presidente de gobierno de España, José María Aznar, cuando afirmó que él hablaba catalán “en la intimidad” de “círculos no tan amplios”.
             
           ¿Eso es lo que quiere Santorum para nuestro español? ¿Qué lo hablemos en los círculos íntimos porque hablarlo en la calle representa una afrenta a la federación anglosajona? ¡Por favor, pero si el gobierno federal nunca ha aprobado legislación alguna que establezca que el inglés es el idioma oficial de la federación! Nuestra legislación reconoce la oficialidad de ambos idiomas, pero aun así esto no parece importarle a Santorum contestando: “sí y no”.
            El dominio del lenguaje inglés no representa una barrera para el desarrollo de nuestro país. Lo que sí representa un obstáculo es el carácter imperialista de la imposición, de querer infravalorar nuestro acervo cultural tanto en español, como en nuestro inglés a lo Pedro Pietri, Julia de Burgos, a lo Rafael Cancel Miranda, entre otros tantos. Además un discurso desde la mentira de que hay leyes que requieren el inglés para anexar un territorio, retrata su ignorancia en cuanto a la historia de su propio país como la del nuestro. El problema para la anexión, y esto a lo mejor lo tiene más claro, son otros de mayor escala. Por ejemplo, nuestra cultura de tradición hispano-africana-taína nos abre paso a un mundo de identidades que nos acercan más a nuestros vecinos caribeños y latinoamericanos. Puerto Rico es una nación latinoamericana y Estados Unidos nunca pudo quebrantar el deseo de seguir expresándonos en español. Los cuentos de Abelardo Díaz Alfaro y el maestro Peyo Mercé así lo atestiguan. 

           
           La República de Puerto Rico debe de reconocer la importancia de dominar varios lenguajes para el desarrollo económico y cultural del país. No sólo se fomentará el aprendizaje del inglés, sino que se podrá trabajar con la especialización de otros lenguajes que nos abran las puertas a otros espacios de comunicación con el resto del mundo. Los lenguajes en manos de mujeres y hombres libres nunca representarán una barrera. Para Santorum y el imperialismo yanqui, sí.
            El precandidato, en búsqueda de buenas vacaciones, 20 votos y algún dinero, habla de los requisitos para la anexión, pero no habla de la irresponsabilidad del Congreso y todas las instancias federales en iniciar un proceso descolonizador en el que se provean las condiciones, si es que están de verdad dispuestos a admitir la anexión de Puerto Rico a la federación, para que se proceda a iniciar el proceso.[5] En eso no se diferencia del amo presidente guerrerista, el Sr. Obama. Dice tiene que ser un mandato “claro y decisivo”. ¿Pero cuánto? Lo que pasa es que no está dispuesto a reconocer que al Congreso lo que verdaderamente le interesa es mantener de forma perpetua el estatus colonial porque así es como el imperio saca provecho económicamente de nuestro territorio. Esto sin añadir la larga lista de intereses imperialistas en la región del Caribe desde la misma fundación de la república estadounidense.
            En fin, uno esperaría una respuesta del movimiento anexionista, pero siempre recurren a arrodillarse ante al amo cual cipayos fueran. Uno esperaría más militancia y enfrentamiento aunque fuera al estilo barbosista; pero algo al fin.


[1] “Palabras preliminares”, en Esteban López Giménez, Crónica del 98: el testimonio de un médico puertorriqueño. Madrid, Ediciones Libertarias, 1998, p. 23.
[2] Anderson, B. Bajo tres banderas: anarquismo e imaginación anticolonial, Akal, Madrid, 2008.
[5] En el 1989, el proyecto de los Senadores federales Johnston (D-LA) y McClure (R-ID) propuso legislación para aceptar la anexión con ambos idiomas oficiales y hasta con Comité Olímpico. Por esas y otras razones, el proyecto, después de tres años de vistas en varios comités, quedó sin ser aprobado.




miércoles, 22 de febrero de 2012

Valencia, Fortuño y los tipos de violencia


            La subjetividad de la violencia es, según Žižek[1], la parte más visible de un entramado mucho más complejo. Lo subjetivo de la violencia nos lleva a fijarnos obsesivamente en los actos de crímenes, homicidios, robos, tráfico de armas y drogas, maltratos a niñas, niños y ancianos, la violencia machista, entre otras expresiones de la violencia cotidiana. Eso está bien. Por ejemplo, el gobernador, anoche en su mensaje de la situación del estado colonial, haciendo alarde de su retórica macharrana, repitió el ineficaz: “que el criminal sepa que no le vamos a dar tregua”; y además, propuso la revisión-ajuste del derecho a fianza como la panacea contra la violencia social. Pero, ¿qué relación hay entre la acción violenta y el saber o no que el derecho a fianza está limitado? Ninguna.
            Como fuerzas sociales desde la izquierda que resiste deberíamos exigir que los políticos tradicionales —esos que participan de la vida institucionalizada de los partidos, la Asamblea Legislativa, los secretarios, asesores y el resto de componentes del entramado de la democracia liberal—, se distancien y alejen del señuelo “fascinante de esa violencia”. En todo caso, si no le queremos exigir nada a ellas y ellos, porque creemos que es mejor partir de nuevos rumbos, pues sería útil discutir sobre otras vertientes de la violencia, más allá de la preocupación del “orden liberal tolerante que predomina hoy”.
            Tenemos que debatir y socializar la(s) idea(s) de que la violencia subjetiva es sólo la parte más visible de un sistema de violencia que incluye tanto una parte simbólica, como una objetiva. Tenemos que analizar, sin miedo a lo complejo, las diversas interacciones que ocurren entre lo subjetivo, lo objetivo y lo simbólico de la violencia. La violencia simbólica vendría a ser la que se encarna en el uso cotidiano del lenguaje y de los discursos que construimos con él a través de tres grandes sistemas de exclusión: lo prohibido, la separación de la locura y la voluntad de la verdad.[2] La violencia objetiva es entonces aquella que surge como consecuencia del funcionamiento homogéneo de nuestros sistemas económico y político. Es aquello que parecer ocurrir porque el sistema así lo prevé, como lo dialéctico mecánico.
            La violencia no es sólo la acción física directa, sino que también incluye formas sutiles de coerción que imponen dominación y explotación, incluyendo la amenaza a la violencia (p.e.: que vas a ser desahuciado la semana que viene). Mucha gente pensará que con este tipo de análisis nos alejamos de la “realidad” social de las personas; sobre todo, de las víctimas de los hechos violentos que cometen contra ellos y ellas los individuos “desechables y excluidos del sistema”. El análisis que propone Žižek en su libro es que además de esa “realidad” lacaniana, tomemos en consideración también lo “real”, que termina siendo lo abstracto que determina lo que ocurre en la “realidad” social.
            Muchos afirman que nos abstraemos ideológicamente al no querer ignorar el irrespeto por lo humano y por el medio natural que el capitalismo ejerce de forma violenta sobre nuestras vidas. Pareciera ser que la “realidad” y lo “real” de esa violencia sobre los expulsados, desechados, excluidos, los sin techo hasta los desempleados no son inherentes a la “ultraobjetividad”, del capitalismo global.[3] ¿Dónde está la fuente ideológica de los crímenes del capitalismo? Sugiere Žižek que como no hay un “manifiesto capitalista” toda la violencia que se ejerce sistémica y simbólicamente es producto de un proceso objetivo que nadie planeó. Así como la crisis financiera actual, donde al parecer nadie se hace más rico a costa de los desempleados, los sin techo, a costa de los recortes en educación y los "enemigos-estudiantes" valencianos, de las reformas laborales en las que siempre gana el patrón y de como nos recordara Valdés Pizzini en Vidas Desperdiciadas, de aquellos suicidas de la número dos.


[1] Žižek, S. (2009). Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales. Barcelona: Paidós.
[2] Foucault, M. (2011 [1973]). El orden del discurso. Barcelona: Tusquets.
[3] Balibar, E. (1997). La violence: idéalité et cruanté en La crainte des mases: politique et pilosophie avant at aprés Marx. París: Galilée.

jueves, 19 de enero de 2012

Sobre las fotos de la farándula, la libertad corporal y las presiones moralistas


            Es verdaderamente un bochorno lo que ha sucedido en PRTV, canal de la Corporación para la Difusión Pública del Gobierno de Puerto Rico. Su director, Pedro Rúa Jovet, ha decidido terminar el contrato de Gricel Mamery. En otras palabras, la botan del canal alegando que las fotos difundidas inicialmente por El Vocero y posteriormente en varios medios digitales y escritos del país, representan una falta a las cláusulas contractuales concernientes al desempeño y a la imagen pública.
            ¡Qué obsesión con ganarse sus respectivos paraísos con posiciones moralistas sobre el cuerpo y los espacios públicos! En esas fotos no hay ningún daño a la imagen pública. Lo primero que habría que preguntarse es, ¿qué es la imagen pública? ¿Qué la daña? ¿Cuál es el proceso para dañarla? Y bueno esta para los abogados-juristas, ¿hasta qué punto un contrato laboral puede controlar a quién besamos, quién toca nuestro cuerpo y cómo y con quién bailamos? Gricel es dueña de su cuerpo y decide a quién besa, quién le pone las manos en sus tetas y si baila reguetón o no con alguien que no es su marido. En todo caso, ¿por qué no se emiten juicios de valor contra el que tomó las fotos? ¿Para qué publicar fotos de gente haciendo uso de su libertad corporal? ¿Acaso no la ejercemos todxs?
            Por otra parte, ha sido Pedro Rúa Jovet con su acción y con sus declaraciones hechas hoy al El Nuevo Día, quien proyecta el moralismo corporativo del gobierno de Puerto Rico al público aludiendo que es él (en alusión al pueblo;  por suerte, no señaló al cielo) quien la tiene que “entender o perdonar”. Pero, a excepción de los típicos retrógrados-moralistoides-analistos, las redes sociales han estado llenas de apoyos a la presentadora. Además, ¿ha recibido quejas el canal? ¿Qué tipo de quejas se pueden plantear? ¡Qué les molesta que no sea su marido el que le toque las tetas y la bese!
            Muchos han recurrido a decir que el ambiente de fiesta de la Calle San Sebastián, las copas, los amiguetes justifican la cuestión. Yo diría que tampoco. Estas fotos están justificadas en su libertad como persona tanto en fiesta, como en la semana  santa cristiana. A ella le tomaron las fotos mientras estaba en un balcón de una habitación. Total, ¿quién no ha visto un sostén y unas tetas en su vida? ¡Nada más les hace falta moverse por una playa de la isla para que esos moralistas vayan directo a sus infiernos!
            Esto me recuerda al caso del ex-senador Arango. Muchos moralistoides, lamentablemente criados y apoyados por él, salieron a la carga por la foto en la que enseñaba su ano mientras posaba como un perro. El ex-senador ni tan siquiera negó que las fotos fueran de él, pero después prácticamente lo reconoció al decir que le tendieron una trampa. En ese caso, Arango terminó renunciando del Senado evadiendo así ser apartado del cargo por asuntos de la ética del comportamiento. Incluso, había quienes hacían burla o tomaban posición desde la hetero-normatividad-falocéntrica-machistoide para declarar que el senador tenía que ser gay por esas fotos.
            En fin, aunque son casos distintos en muchos de sus fundamentos, los dos surgen a raíz de fotografías y en los dos casos los protagonistas no han decidido, hasta el momento, hacer una defensa desde la libertad corporal-individual de lo que hacen. No espero que Gricel dé explicaciones, pues no es necesario, sino que cuestione la opresión moral que ha llevado a la corporación a cancelarle su contrato.

lunes, 2 de enero de 2012

La inefectividad de las campañas contra los tiros al aire


            Este año se pudo ver y oír en Puerto Rico una intensificación de las campañas contra la práctica de los tiros al aire. Pero no hacía falta esperar a los reportes noticiosos para saber que de todas formas habría muertos o heridos a causa de esta práctica. Este año fueron cuatro los desafortunados que recibieron una bala como felicitación por el nuevo año. El caso que muchos hemos venido siguiendo a causa de la cobertura en los medios y la gravedad en la que se encuentra la herida ha sido el de Karla Michelle, de 15 años de edad. Ella recibió un impacto a eso de las 11:59 p.m. en el vecindario de Villa Palmeras en Santurce. Ahí, cuando su familia le fue a dar el típico abrazo de las 12, la muchacha estaba tirada en el suelo y con su cabeza ensangrentada.

            Ahora Karla Michelle, una joven talentosa de nuestro país, lucha por su vida con una bala alojada en el cerebro. Ante el dramatismo de este caso, cabe preguntarnos, ¿cuál fue la efectividad de este tipo de campañas?[1] Hoy en ENDI se difundió un vídeo en el que cuatro muchachos —unos cinco minutos antes de las 12— graban los sonidos de los disparos cerca de su apartamento, realizados con armas de diferentes y potentes calibres. ¡Sonidos verdaderamente de una batalla campal!

            Ya sabemos que las campañas pueden tener el efecto de crear solidaridad en las comunidades y concientizar sobre el peligro que implica disparar al aire. Pero entonces surge la pregunta de si verdaderamente impactan o causan algún cambio de actitudes al que tiene la manía de andar armado y que para colmo ya lleva algunos meses pertrechándose con su arsenal de municiones para tal ocasión —como símbolo manifiesto de su poder dentro de las estructuras del narcotráfico o incluso, desde la legalidad para la llamada protección; “porque las cosas están malas”— y resolver todo a fuerza de cañón. En todo caso, si este año la cifra de heridos/muertos fue menos, esto no implica que hubo menos disparos. Por el contrario, pudo haber habido muchos más disparos y muchos más escondidos, como podemos apreciar en el vídeo. ¿En cuántas casas en Puerto Rico se habrá repetido la escena del llamado a la protección dentro de los pasillos? Creo que en muchos. Aún en los pueblos pequeños del lejano occidente, como por ejemplo mi pueblo de Sabana Grande, siempre nos guarecíamos; aunque yo no recuerdo haber escuchado disparos. Recuerdo cuando nos decíamos entre familiares, “vámonos ya adentro que se acercan las doce.” Era la reproducción de la histeria colectivamagnificada y real— que se iba multiplicando cada vez más y que ha llegado hasta el punto de ya no sentirse seguro ni en los espacios de la casa que tengan algún punto de entrada fácil desde el exterior.

            A tal efecto, cabría considerar dos vías de solución para evitar más tragedias como las de Karla Michelle. La primera, viendo que el sistema económico-político-social que impulsa el neoliberalismo fortuñista-reaganista- thatcherista-“teapartier” es el individualismo, pues habría que entonces diseñar una campaña —que de seguro sería más efectiva para el asunto de las tan mencionadas y utilizadas cifras— para que cada cual velara por su vida; y que en vez de salir al patio o al frente de la casa a compartir con sus familiares y vecinos, fueran a los pasillos de sus casas o a los bunkers que te venderá alguna APP para refugiarte. La segunda, que es por la que debemos abogar, implica varias vías de acción colectiva, siendo entre ellas, la promoción de la cohesión social, la instrucción pública, la educación y la disciplina comunitaria por varias vías.[2] Por añadidura, la imposición de medidas legales que impliquen su transformación en efectivas medidas reales para restringir el comercio y posesión de armas, y la puesta en vigor de medidas que detengan de una vez la entrada de más armas al país por vías legales e ilegales (mediante furgones sin inspeccionar, mediante transporte aéreo masivo, mediante entradas por vías aérea o marítima privados).[3] Pero no sólo de medidas legalistas nos debemos proveer como ya mencioné, sino que más que eso hace falta la implementación-revolución de medidas de orden estructural, que además expresen cierta coherencia con lo que queremos que funcione —y de qué formas— en el país.

            En fin, la inefectividad de las campañas de este tipo se hace más evidente y se profundiza aún más con las contradicciones del propio sistema. Por un lado se nos habla de no disparar al aire, y por otro se promueve la violencia estructural del individualismo, la rapiña de los bienes públicos, la merma de la calidad de la instrucción pública, la dejadez que promueve el consumismo, el nihilismo yoista y hasta el ocio violento que promueve el anuncio que va después del de la campaña (como los juegos de vídeo que las Fuerzas Armadas estadounidenses utilizan para promoverse entre los jóvenes). Es por estas y muchas más razones que para mitigar situaciones que son consecuencias de profundos problemas estructurales no podemos depender únicamente de una intensa campaña. En todo caso un gobierno que fuera producto de una democracia real y social implementaría y ejecutaría medidas revolucionarias, sobre todo adaptadas a nuestras circunstancias (sin dejar al lado la perspectiva global de las mismas) contra los problemas que generan la violencia de raíz.


[1] La pregunta se hace más que pertinente cuando el propio sistema —en este caso una parte de él que se llama gobierno— es uno de los principales instigadores de la violencia que se vive en nuestra isla. Con esto no quiero decir, como probablemente me recriminarán algunos, que todo el problema recae en el gobierno, sino que pretendo hacer visible los actos de hipocresía del mismo.
[2] Esta disciplina cívica no implica totalitarismos, así que no se asusten.
[3] Pero, ¿qué más podemos esperar estando sujetos al proceso de las leyes de comercio y aduanas de los Estados Unidos de América? Un país que supuestamente libró una guerra contra las propias armas que ellos habían vendido al gobierno iraquí y que ahora está volviendo a armar descaradamente con el riesgo de que dichas armas sean las que posiblemente se usen para masacrarse entre diferentes facciones religiosas.

domingo, 1 de enero de 2012

Siguen siendo dos caras de la misma moneda


            Ante el recorte presupuestario y la nueva subida de impuestos que pretende imponer el gobierno dirigido por el popular, Sr. Rajoy, los pesoistas pretenden levantar una vez más la bandera de la diferenciación. “Ven, no somos iguales”, “Ahora viene peor”, “Deja que pasen las autonómicas andaluzas” son algunas de las consignas que se pueden leer en las redes sociales y se escuchan en los debates de los analistas oficiosos de las ondas radiales.

            La consigna de la izquierda que resiste de que el PP y PSOE son iguales aún se sostiene. Ambos partidos se diferencian sólo en las reformas políticas de tipo fiscal y de derechos sociales que el sistema económico-político está dispuesto a sostener como válvulas de escape en ciertos periodos históricos determinados. Lo que sucede con esas reformas políticas que son bandera del “progresismo” del PSOE es que no se sostienen en el tiempo; pasan a ser alimento de la reacción porque no se profundiza en un cambio sistémico que nos lleve a un nuevo modelo económico-político-social. Ambos partidos—uno con su progresismo y otro con su reacción— son el equivalente al mantenimiento de lo mismo: “un paso para ’alante y otro pa’ atrás”.

            La izquierda que resiste no puede conformarse con los lamentos de los pesoistas; de lo que quieren hacer pero no hicieron, de lo bien que gestionarían el capitalismo en la crisis (siguiendo al pie de la letra lo que dictan los gestores y dueños de los mercados del capital financiero en el norte opulento). Está claro que el pesoismo forma parte de un sistema hasta el punto que hizo un llamado a las elecciones para transferirle el poder de forma adelantada a los chicos y chicas buen@s del capital; ya que ellos sólo fueron los que prepararon la zapata para la reforma profunda de la vuelta al neoliberalismo y las nuevas adaptaciones para llevar el sistema económico-político al límite de su existencia.