Siempre quiso desprenderse de la maldición y misterio que le supuso su nombre. Ese embrujo que le auguraba un mal destino a él y a su isla. Pedro Juan Soto nos guía por la vida de este personaje a través de la historia de Vieques. Usmaíl, hijo de Josefa y del administrador de la P.R.E.R.A, Mr. Adams, busca su identidad marcada por esas mañana en que su madre esperaba a que llegaran las cartas desde la isla grande al Correo del pueblo, sólo para darse cuenta de que Mr. Adams la había abandonado; que nunca le escribiría ni una línea dándole alguna razón. Nana Luisa, la curandera, médica de los pobres, es la que le cría y lo protege de las habladurías pueblerinas (por ser hijo de un gringo), pero Usmaíl sólo ansiaba romper el cascarón, conocerse a si mismo y descubrir el significado de su nombre. Así se va juntando con Guimbo, con los veteranos, y el pescador. Cada uno de esos encuentros lo van guiando en su búsqueda. Con los años, Usmaíl observa con cierta impotencia la invasión a su isla y va acumulando ese resentimiento contra la Marina producto de las expropiaciones de las tierras de sus compueblanos, las violaciones a las mujeres en las noches de fiestas interminables (que casi siempre acababan en reyertas) y sobre todo, por los bombardeos y las prácticas militares que tanto enfermaban a su Nana. Con Cisa, la costurera, tiene una atormentada relación de vida en pareja. Ella le pide que se queden juntos en Vieques, pero su deseo de desprenderse de su carimbo fue mayor. En ese enfrentamiento definitorio de la vida de Usmaíl, logra matar a su pasado: a su madre Chefa (artífice del embrujo), a su padre Mr. Adams, a Guimbo, a la Marina, y a ese pequeño terruño que dios nunca quiso hacer y que ni de ríos proveyó. Lo que significaba Vieques para él se lo llevó en un bolsillo de reloj; era la tierra de la tumba de su Nana. En San Juan se ganó el privilegio de cambiarse el nombre. Salió de la cárcel de Vieques, paró en una cárcel de San Juan; pero, ¿fue libre al fin?
Pedro Juan Soto (1928-2002), autor de Spiks (1957) y Usmaíl (1959). |
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