sábado, 25 de septiembre de 2010

Las rosas marchitas de Olof Palme

Viñeta El Roto. El País, 24-IX-2010
Cuando hablamos de los modelos socialdemócratas nórdicos, la Suecia de Palme sin duda es uno de los referentes. Pero esas campañas contra el repudio a los extranjeros y el racismo, cuyo lema era una mano abierta en la que se podía leer: “No toques a mi hermano”, quedan cada vez más lejanas. Así quedó demostrado el pasado lunes (20 de septiembre), cuando se confirmó que el xenófobo partido Demócratas de Suecia había superado el umbral de 4%. El porcentaje total de votación a dicha lista fue de un 5,7%, lo que se traduce en una presencia de 20 diputados en el Riksdag –Parlamento sueco–. Es así como la Alianza de Centroderecha se verá obligada a gobernar en minoría con la oposición tanto de la Coalición Rojiverde como de los Demócratas de Suecia.
        En los años ’80 los Demócratas de Suecia eran un grupúsculo de admiradores de Hitler. Con el ascenso de Jimmie Akeson han recurrido a la falsa moderación echando a los cabezas rapadas y proclamando su rechazo a la violencia callejera por parte de sus militantes. Ahora, identifican a los musulmanes (mayoritariamente refugiados iraquíes) como “la mayor amenaza para nuestro país en la actualidad”. Con estas elecciones continúa el auge de los ultraderechistas xenófobos por toda Europa. Así quedó demostrado en las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, que dejaron como quinta fuerza parlamentaria a un grupo de varios partidos (entre ellos, el British National Party y el Frente Nacional Francés) pertenecientes a esta corriente.
        De todas formas, para encontrar más casos de xenofobia por Europa no hace falta irse tan al extremo derecho del espectro ideológico (o al menos eso nos presentan ciertos políticos). Un ejemplo reciente han sido las expulsiones en Francia de ciudadanos europeos -rumanos y búlgaros- miembros del pueblo rom (gitanos). Sarkozy argumenta que los campamentos de gitanos constituyen asentamientos ilegales y que son focos de marginación y criminalidad. Ante las expresiones de Viviane Reding, en las que comparaba estas expulsiones con el holocausto provocado por los nazis, los jefes de Estado y de gobierno europeos se blindaron ante la comisaria. El presidente de gobierno Rodríguez Zapatero también salió en defensa de Sarkozy argumentando que las expresiones de la Reding eran exageradas.
        Vale la pena recordarles a estos señores de la Europa unida que sí, que los gitanos también sufrieron el holocausto. A lo mejor, las expresiones comparativas de la comisaria fueron exageradas, pero si nos detenemos un momento y pensamos, ¿no fue con el despliegue de este tipo de discursos y de acciones con los que se comenzó el régimen nazi? Hace 70 años (enero de 1940), 250 niños gitanos fueron usados vivos y sin anestesia para llevar a cabo experimentos sobre el dolor con el propósito de llevarles a la experiencia de los límites del cuerpo humano. En el mes de agosto de 1944, 4.000 gitanos fueron gaseados y al culminar la guerra ya era 500.000 las víctimas gitanas durante esos años de horror.
"No toque a mi amigo"
        Como bien se sabe, ni Sarkozy ni García Abdiol (presidente del Partido Popular en Badalona, Barcelona) gasean a los gitanos, pero los clasifican como “el peor problema”; y se atreven en sus discursos y cuartillas a desplegar su xenofobia como bandera populista. Pero si bien la comparación al holocausto puede parecer exagerada, el hecho de que durante esos años de dominio nazi primero se procedió a identificar a “los otros” como el problema, entonces estamos ante una situación muy similar a la actual con los gitanos y el discurso de los partidos xenófobos en Suecia.
         Hoy día Olof Palme nos repetiría su lapidaria frase: “No se trata de ellos y de nosotros: todos somos nosotros”.

*Las referencias que hago a Palme son tomadas del artículo: “Una rosa roja para Olof Palme” por Rubén Berríos Martínez, 1986.


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