lunes, 27 de septiembre de 2010

29-S: Dos visiones sobre la huelga desde la “ciencia” política

Este próximo miércoles, 29 de septiembre está convocada la huelga general en todo el estado español. La recién aprobada reforma laboral fue la chispa que dio paso a la huelga como mecanismo de presión de los trabajadores. El gobierno prefirió supeditar el diálogo entre la patronal y los sindicatos a las exigencias del FMI y la UE. Los ajustes no son para nada nuevos (en América latina, por ejemplo se llevaron a cabo parte de estas “recetas” durante la década de los ’90). La reforma laboral en el caso español contiene medidas como las disminución de sueldos, el abaratamiento del despido, congelamiento de pensiones, medidas de privatización en el sector sanitario, recorte de los gastos sociales, subida de impuestos no progresivos, alargar la edad de jubilación, entre otras. Aquí y aquí se pueden leer dos ejemplos de manifiestos de movilización en los que se explican otras medidas y cuáles son sus propuestas de los sindicatos ante las mismas.

            Más que discutir los motivos y las exigencias de la huelga general, pretendo presentarles un debate que tuvo lugar en dos periódicos de gran difusión. La primera columna la publicó el profesor Fernando Vallespín en El País y la tituló La huelga zombie (17-IX-2010). La contestación a este artículo fue publicada en el diario Público por el profesor Vicenç Navarro y la tituló Los sindicatos llevan razón (23-IX-2010). Ambos profesores de ciencia política debaten sobre dos visiones hacia la huelga general. El primero, claramente alineado con la postura oficialista del gobierno; el segundo, en defensa de la izquierda y el sindicalismo.


            Vallespín afirma que la izquierda se ha quedado sin voz propia y que no ofrece alternativas ante la crisis. Además, afirma que la izquierda se ha limitado a “demonizar a los mercados, a la codicia capitalista y al populismo de derechas, sin ser capaz de cartografiar los nuevos tiempos”. Por último, afirma que la huelga dejará las cosas tal como están y es más, si triunfa, empeorará la confianza en el país.

            Navarro, por otra parte piensa que más allá del determinismo económico global (por pate de entidades como el FMI o la UE), los estados aún no han desaparecido y mucho menos su capacidad de actuar. Para él (y en eso concuerdo), no es cierto que los sindicatos se hayan quedado sin propuestas. Desde la izquierda sí se han propuesto alternativas para cada política neoliberal. Un ejemplo de ello es que en vez de haber gastado millonarias sumas de dinero en la banca y en las cajas, se debió invertir con el propósito de hacer cajas y bancos públicos que facilitaran el crédito.

            Creo que los sindicatos, como en Puerto Rico, han actuado en este caso a destiempo (en eso tendría que concordar con la crítica de Vallespín). Creo que pudieron realizar estas medidas de presión antes de que se aprobara la reforma laboral, demostrando así, de forma contundente que desde la izquierda y las fuerzas sindicales se cuenta con verdaderas alternativas a las del capital financiero y las derechas europeas.

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