sábado, 17 de diciembre de 2011

De los ‘periódico-listos’ y su alianza con los destructores del ambiente


Sólo cuando
el último árbol esté muerto,
el último río envenenado
y el último pez atrapado,
te darás cuenta de que no
puedes comer dinero.
Sabiduría del pueblo y un mural en el RUM

            El viernes, 16 de diciembre de 2011 El Vocero de Puerto Rico publicó un artículo titulado La isla del no. El mismo complementó su titular de portada que podía leer: La Isla del no:‘Ambientalistos’ se quejan hasta de los molinos. Pero además de complementar dicho titular e intentar ridiculizar al pueblo que lucha, el artículo es una reiteración de la alianza entre el capital que destroza y roba la tierra puertorriqueña y los medios de comunicación corporativos.


I
            El jueves, 14, en horas de la mañana, un grupo de jóvenes entró a los terrenos agrícolas donde se pretende instalar alrededor de unos cuarenta molinos de viento. En un acto de desobediencia civil, los jóvenes impidieron, con sus cuerpos, que la maquinaria pesada, que se prestaba a realizar labores relacionadas con dicha instalación, pudiera continuar su paso. Por este motivo la Policía de Puerto Rico decide arrestarles y radicarles cargos por incumplimiento del Artículo 208a (conocido como el “Anti Tito Kayak”). Dicho cargo fue desestimado el viernes, 16. De todos modos la portada y el artículo ya estaban listos desde horas de la madrugada. 



II
            El mensaje que busca transmitir dicha portada y artículo podríamos debatir que es el siguiente: en Puerto Rico hay un sector que “protesta por todo” y hasta por cosas que son “verdes” y en beneficio del ambiente.
            Ahora bien, analicemos primeramente el asunto de la protesta. No se trata de protestar profesionalmente y con consignas sin sentido, sino que se trata de cuestionar la viabilidad de dicha instalación en terrenos agrícolas; así sea de una cuerda o quince. Dichos terrenos son importantes para la decadente producción agrícola en el país y no podemos permitir que la empresa Pattern Energy haga negocios con la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en detrimento de nuestro sustento alimenticio; tan dependiente de la importación mediante el transporte marítimo. Y si hay que recurrir a la protesta y a mantener constante y firme un NO, pues es la única manera de vencer y cuestionar las concepciones de “progreso” que nos quieren vender. Como dice una comunicación de La Nueva Escuela, la ciudadanía: “tiene derecho a preguntar, reclamar, manifestarse y buscar la paralización de proyectos rodeados de tantas interrogativas.
            Por otra parte, observamos cómo se escudan detrás de la etiqueta de energía “verde” para ridiculizar a los que protestan y cuestionan. El asunto con dicha etiqueta es que hasta las compañías petroleras, automotrices, de computación, los gaseoductos y hasta la armamentística ahora quieren ser “verdes”. Un día quizás nos vendan una guerra imperialista “verde”. A los grandes intereses del capitalismo no les importa cambiarse de etiquetas, con tal de sobrellevar sus crisis. Así es que, por ejemplo, surge en el discurso mediático el manejo de este tipo de etiquetas y de otras que presentan al capitalismo como un sistema que puede ser bonachón.

III
            Más hay que recordar que en Puerto Rico sí necesitamos renovar nuestras fuentes de energía. El petróleo escasea ya y será uno de los motivos del colapso capitalista. Es por eso, que es deseable que sean autoridades de poder popular, las que estudien, planifiquen e implementen este tipo de proyecto relacionados con la energía eólica. No se puede pretender, a la cañona, que la empresa Pattern Energy obtenga un contrato por veinte años con la AEE por más de 350 mil millones de dólares. Lo más probable es que ellos harán la inversión necesaria, pero no es para reducir los costes de luz, sino para obtener ganancias de dicho contrato. Y todo esto, para colmo, sin haber presentado al público el verdadero impacto de las fuerzas del viento en el movimiento de las turbinas y la producción de energía. ¿Será este otro proyecto “verde” como el del traspaso de tierras agrícolas experimentales de la UPR para la construcción de urbanizaciones o centros comerciales? ¿Si el viento no es suficiente se convertirán en un monumento a “mediocridad”?


IV
            En fin, vemos cómo la protesta en nuestro país se intenta criminalizar y ridiculizar. Los titulares de los medios corporativos de San Juan (los ‘periódico-listos’), en un achaque de creatividad o de obediencia a los grandes intereses, muestran su descarada parcialidad hacia los intereses de la Pattern Energy. Los ambientalistas (y anticapitalistas) dicen sí a la autogestión de la energía, dicen sí a la responsabilidad con las tierras fértiles y dicen sí a la propiedad pública de los recursos energéticos. Los medios de comunicación y el capital privado siempre son los que dicen no. De todas, formas se toman el atrevimiento de proyectar a la “isla” como una del “no”.

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