viernes, 28 de octubre de 2011

Ante el cierre del Departamento de noticias de Radio Universidad


            Una vez más, la administración de la Universidad de Puerto Rico (UPR) recurre a la obcecación contra un medio alternativo de comunicación, que es parte del desarrollo integral de la universidad y es más que una contribución a la comunidad. Más bien, es una muestra de que lo que se produce en la UPR es un bien que no le debe pertenecer a un sector intelectual privilegiado, sino que es de todos los puertorriqueños y puertorriqueñas. Observamos que, recurriendo a la lógica capitalista del mercado, los administradores de la UPR que incidieron en esta decisión, alegan que la sección informativa confrontaba problemas de audiencia.[1]
            Esto se ve en un marco en el que también otra publicación alternativa, el periódico Diálogo, ha pasado por una reestructuración que ha incluido despidos de sus puestos directivos ante aparentes reformas venideras. Parece haber sido el principal elemento de molestia de los administradores de la UPR que, durante la pasada huelga, este foro ofreció sus páginas para el debate crítico constructivo y destructivo sobre lo que estaba sucediendo en los 11 recintos.
            Desde los centros de poder en la UPR, no sólo se sigue abogando por el desmantelamiento caprichoso de dicho centro educativo, sino que se quiere desmantelar toda una infraestructura que provee de información crítica contra esos mismos sujetos de poder en la sociedad y la estructura de educación pública. Para colmo, después serán capaces de darnos sermones sobre la libertad de expresión y el derecho a la información. Muchos harán referencia a que la gente ya no escucha este tipo de secciones informativas, que no lee ese tipo de publicaciones y que prefiere estar de chistes y chismes todo el rato en sus carros (en los que tristemente muchas puertorriqueñas y puertorriqueños tienen que pasar más tiempo que en sus casas).
            Este tipo de argumentos, como al que hago mención, sólo tiene su fundamento en un prejuicio de subestimar al radio escucha y al lector y lectora del país, aludiendo que no le interesa recibir información de calidad. Justificándose en una modernidad/postmodernidad rápida, desarrollista, ligada al crecimiento infinito y alejado del compromiso se tiende a lo superficial. Por una parte este tipo de argumento puede que tenga razón en cuanto a la audiencia y lectores. Es poca la gente que escucha y lee este tipo de medios. Pero, ¿acaso esto significa que no les interesa o que prefieren las programaciones cada vez más superficiales? ¿No será que desde el espacio público no se fomenta y educa críticamente a favor de este tipo de medios de comunicación? Como comenté al inicio, las respuestas que nos dan son siempre las ligadas al sistema de consumo capitalista. Si no se escucha es porque no sirve y por lo tanto, hay que dejarse llevar por la corriente del mercado, dirán.
            Sin embargo, a nadie se le ocurre aumentar la cobertura de las frecuencias de Radio Universidad, a nadie se le ocurre distribuir mejor el Diálogo y a nadie se le ocurre legislar sobre los medios de comunicación. Claro, esto último por dos razones. Primero, porque el poder legislativo no nos da para ello y segundo, porque si lo tuviéramos ya muchos alarmistas alzarían su voz de denuncia (en estos momentos silenciada) contra el supuesto control totalitario de los medios. ¿Por qué esos alarmistas que se pasan trayendo el viejo discurso de las repúblicas “bananeras” no alzan su voz contra estos ataques al derecho a una información de calidad?
            Desde las instancias de poder sigue prefiriéndose que consumamos noticieros importados, chatarrita insularista y más anuncios enfermizos. Tenemos que cambiar la forma de ver los medios de comunicación y su papel social. Mi llamado es a exigir más calidad a los medios de nuestras preferencias y a buscar las alternativas que aún quedan en estaciones radiales, televisivas y escritas. No podemos permitir que arbitrariamente nos sigan robando espacios para privatizarlos y hacer de palancas a otros intereses. Para terminar, lanzo esta pregunta ¿por qué el barrendero, ama de casa o el policía no son dignos de información de calidad? En fin, no podemos dejar que nos subestimen como lectores, radioescuchas y televidentes.


[1] Según informa Noticias 24/7, el director de COPU, Eliseo Colón, la gerente general de Radio Universidad, Yolanda Zavala y la ayudante especial de la rectora Ana Guadalupe, la profesora Nora Soto, fueron las que informaron esta mañana a los empleados del Departamento de Noticias de la radio estación el cese de los programas de noticias.

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