miércoles, 8 de junio de 2011

De cómo los medios de incomunicación se hacen eco del supuesto desarrollo

Nota del autor

Esta reflexión surge de una nota publicada en el diario El Vocero de Puerto Rico el día 8 de junio de 2011. La misma se titula Develan diseño de Plaza Internacional.

Texto

            Es una desgracia para el país —también a nivel global— que los medios de incomunicación sigan refiriéndose a esto como desarrollo. ¿Cómo es posible que sigan presentando que el desarrollo equivale a la cantidad de plazas de estacionamiento o metros cuadrados de un centro comercial? ¿Equivale este gigante monstruo blanco a la felicidad de la ciudadanía? Probablemente para muchos que aún no han visto las posibilidades de llevar vidas más sencillas, menos opulentas y de acorde a un ciclo natural, sí. Esos empleos que se "crearán", ¿a quién servirán y cómo lo harán? ¿Por qué no crear empleo en el cuidado de ancianos, en la agricultura, en centros de estudio y deportes comunitarios, en centros de salud públicos, en bancos cooperativos de alimentos y de tiempo? ¿Por qué siguen relacionando el lujo y la opulencia como la fuente de bienestar? Está bien que ya tengamos centros comerciales (y dicen, para alimentar el ego patriotero, que el más grande del Caribe). Ya no podemos dar marcha atrás respecto a ellos, ¿pero por qué seguir "creciendo" y gastando de manera ineficiente unos recursos que pueden ser dedicados a mejorar la calidad de vida en el país? 

            Además, considerando que las múltiples crisis (la financiera, la ecológica, de la salud y alimentación de las personas, de la convivencia, las guerras imperialistas y expoliadoras de recursos del sur, entre otras múltiples crisis cíclicas) que tienen su fuente en el sistema-mundo capitalista pronto darán paso a un colapso del sistema, es irrazonable seguir pensando en la lógica que beneficie sólo a los dueños del capital.

            Es necesario fomentar estilos de vida más lentos, con menos horas de trabajo, con menos producción, con más ocio, con más gratuidad (regresando a las lógicas de la familia, la comunidad y siguiendo el ejemplo de amor de la mujer, que como parte del género humano, ha brindado su trabajo y cariño de cuidados sin pensar en cuánto le pagarán y sin que la sociedad capitalista-machista-eurocéntrica-racista haya reconocido todo su mérito), con rentas básicas para todos y todas, con un retorno a la autogestión comunal de los recursos, con menos contaminación y menos de muchas mierdas que nos venden como la panacea.

            Muchos individuos tienden a asustarse con la referencia al menos. Considerando el exceso de recursos que mal gastamos, los desechos que generamos, la obsolescencia programada de lo que fabricamos y compramos, hace sentido que propongamos las lógicas del decrecimiento —como las mencionadas más arriba—, manifestando así una alternativa al modelo económico capitalista. El modelo del sistema-mundo capitalista basa toda su lógica en el desarrollo basado en el crecimiento infinito. Y para ello, dicho sistema se ha adaptado a través de tres mecanismos:

1.      La propaganda (por eso los medios de incomunicación, como al que va dirigido mi crítica, se han vendido para ello),
2.       el crédito y
3.      la especulación en las finanzas.

            Ese tiempo que lo dedicaríamos en coger un carro e ir a “divertirnos” el fin de semana en el centro comercial de lujo (con su casino y 264 habitaciones de hotel) lo podemos invertir en correr bicicleta con la prole familiar, en visitar a los abuelos, en cuidar el huerto casero, en estudiar, en hablar con amigos y vecinos, en ver una película, en hacer deportes, en muchas otras cosas que se nos ocurran y —¿por qué no?— hasta en el sexo. Pero no, sólo nos proponen el despilfarro de gasolina, de tiempo y de dinero para beneficiar a unos pocos que se llevarán sus ganancias sin haber dado un tajo. Me refiero a que no han dado un tajo porque de eso se trata el capitalismo en su etapa actual de desarrollo financiero: en invertir desde la lejanía. Muchos y muchas se escudarán con el cuento de la superación y la libertad individual. Desde una lógica libertaria, de izquierdas y ecologista creemos que la superación del individuo sólo se alcanza en la plenitud de su vida asociativa y social. Al menos antes, Ford y Co. solían visitar sus fábricas y estar al pendiente de la producción; y no por esto era benévolo. Hoy ni sabrán donde está su centro comercial o su maquiladora.

            Mientras esto pasa, el mal llamado Departamento de Educación anuncia que habrá un cierre de 11 escuelas para el próximo año (ver aquí).

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