While Puerto Rico continues to be as it is, a colony of a metropolitan power that speaks a different tongue, the language dilemma will never have definitive solution.
-René Marqués
Mi lengua, la
única que escucho hablar
y me las arreglo para hablar, es la lengua del otro.
-Jacques Derrida
y me las arreglo para hablar, es la lengua del otro.
-Jacques Derrida
Desde la
década de los noventa mucho se ha debatido y analizado sobre el carácter
hispanófilo de la resistencia nacionalista en Puerto Rico. Algunos
intelectuales como Luce López-Baralt declararon que había que “establecer
diferencias entre los puertorriqueños de la Isla y los emigrantes
angloparlantes y culturalmente asimilados en Estados Unidos”.[1]
Nada más lejos de la realidad. El inglés ha sido y también es parte de nuestra
resistencia anticolonial. ¿Qué mejor que ejemplo que la subversiva novela escrita
en español por el filipino José Rizal en 1887: Noli me tangere?[2]
La visita y
las expresiones de Rick Santorum, precandidato republicano a la presidencia de
Estados Unidos, dan pie a que se reactive el debate sobre la identidad y el lenguaje
como elementos de la lucha anticolonial.[3] Por
supuesto, que esto debe hacerse sin recurrir a las exclusiones o al puritanismo
hispanófilo que muchos profesan con el propósito de anclarse en una lucha que
no trascienda hacia el carácter político; muchas veces transformándose en aliados del
nacionalismo institucionalizado por el ELA. Santorum, con la característica
prepotencia del político imperialista que visita al territorio colonizado,
además de buscar dinero y participar del espectáculo de una primaria que no
tiene ninguna trascendencia en la vida política del país, ha dicho muchas cosas
que merecen ser analizadas.
Lo primero
que ha dicho en una entrevista con El
Vocero ha sido lo siguiente: “Hablar
inglés es un requisito. Es un requisito para otros estados y es un requisito
para ser parte de la unión. Si quieres participar como estado, en unión a
Estados Unidos, necesitas participar en el idioma que la gente habla en los
estados”.[4] Entonces yo me pregunto,
¿cuál es su propuesta para comprobar que los puertorriqueños no sólo dominan el idioma, sino que son fluidos en él? ¿Nos examinarán antes de proceder a
tan siquiera aprobar un proyecto de incorporación territorial o de anexión
federal? ¿Habrá una policía política dedicada a velar que hablemos inglés “bien”
en las “instancias oficiales”? Sí, porque para colmo y de forma descarada, el
imperialista viene a decirnos, con la tierna sabiduría que le confiere el poder
paternal metropolitano que el inglés “es el idioma del éxito” y que de todos
modos podríamos seguir hablando español en “nuestras casas y negocios”.
Esto último, me trajo al recuerdo
aquella declaración que hiciera el ex presidente de gobierno de España, José María
Aznar, cuando afirmó que él hablaba catalán “en la intimidad” de “círculos no
tan amplios”.
¿Eso es lo que quiere Santorum para nuestro español? ¿Qué lo hablemos en los círculos íntimos porque hablarlo en la calle representa una afrenta a la federación anglosajona? ¡Por favor, pero si el gobierno federal nunca ha aprobado legislación alguna que establezca que el inglés es el idioma oficial de la federación! Nuestra legislación reconoce la oficialidad de ambos idiomas, pero aun así esto no parece importarle a Santorum contestando: “sí y no”.
El dominio del lenguaje inglés no
representa una barrera para el desarrollo de nuestro país. Lo que sí representa
un obstáculo es el carácter imperialista de la imposición, de querer
infravalorar nuestro acervo cultural tanto en español, como en nuestro inglés a
lo Pedro Pietri, Julia de Burgos, a lo Rafael Cancel Miranda, entre otros tantos.
Además un discurso desde la mentira de que hay leyes que requieren el inglés para
anexar un territorio, retrata su ignorancia en cuanto a la historia de su propio país como
la del nuestro. El problema para la anexión, y esto a lo mejor lo tiene más
claro, son otros de mayor escala. Por ejemplo, nuestra cultura de tradición
hispano-africana-taína nos abre paso a un mundo de identidades que nos acercan
más a nuestros vecinos caribeños y latinoamericanos. Puerto Rico es una nación
latinoamericana y Estados Unidos nunca pudo quebrantar el deseo de seguir expresándonos
en español. Los cuentos de Abelardo Díaz Alfaro y el maestro Peyo Mercé así lo
atestiguan.
La República de Puerto Rico debe de reconocer
la importancia de dominar varios lenguajes para el desarrollo económico y
cultural del país. No sólo se fomentará el aprendizaje del inglés, sino que se
podrá trabajar con la especialización de otros lenguajes que nos abran las
puertas a otros espacios de comunicación con el resto del mundo. Los lenguajes
en manos de mujeres y hombres libres nunca representarán una barrera. Para
Santorum y el imperialismo yanqui, sí.
El precandidato, en búsqueda de
buenas vacaciones, 20 votos y algún dinero, habla de los requisitos para la
anexión, pero no habla de la irresponsabilidad del Congreso y todas las
instancias federales en iniciar un proceso descolonizador en el que se provean
las condiciones, si es que están de verdad dispuestos a admitir la anexión de Puerto
Rico a la federación, para que se proceda a iniciar el proceso.[5]
En eso no se diferencia del amo presidente guerrerista, el Sr. Obama. Dice
tiene que ser un mandato “claro y decisivo”. ¿Pero cuánto? Lo que pasa es que
no está dispuesto a reconocer que al Congreso lo que verdaderamente le interesa es mantener de
forma perpetua el estatus colonial porque así es como el imperio saca provecho
económicamente de nuestro territorio. Esto sin añadir la larga lista de intereses
imperialistas en la región del Caribe desde la misma fundación de la república
estadounidense.
En fin, uno esperaría una respuesta
del movimiento anexionista, pero siempre recurren a arrodillarse ante al amo
cual cipayos fueran. Uno esperaría más militancia y enfrentamiento aunque fuera
al estilo barbosista; pero algo al fin.
[1] “Palabras
preliminares”, en Esteban López Giménez, Crónica
del 98: el testimonio de un médico puertorriqueño. Madrid, Ediciones
Libertarias, 1998, p. 23.
[2] Anderson,
B. Bajo tres banderas: anarquismo e
imaginación anticolonial, Akal, Madrid, 2008.
[3] Rick Santorum To Puerto Rico: Speak English If
You Want Statehood, http://www.huffingtonpost.com/2012/03/14/rick-santorum-puerto-rico-english-statehood_n_1345464.html y http://www.elnuevodia.com/usenglishaplaudeasantorumporadvertenciasobreelingles-1213191.html
[4] Rivera Sánchez, M., Say what? http://www.vocero.com/puerto-rico-es/politica-es/%E2%80%98say-what%E2%80%99
[5] En
el 1989, el proyecto de los Senadores
federales Johnston (D-LA) y McClure (R-ID) propuso legislación para aceptar la anexión con ambos idiomas
oficiales y hasta con Comité Olímpico. Por esas y otras razones, el proyecto,
después de tres años de vistas en varios comités, quedó sin ser aprobado.