jueves, 15 de marzo de 2012

Rick Santorum en Puerto Rico y el inglés como requisito para la anexión

While Puerto Rico continues to be as it is, a colony of a metropolitan power that speaks a different tongue, the language dilemma will never have definitive solution.
-René Marqués


Mi lengua, la única que escucho hablar
y me las arreglo para hablar, es la lengua del otro
.
-Jacques Derrida

            Desde la década de los noventa mucho se ha debatido y analizado sobre el carácter hispanófilo de la resistencia nacionalista en Puerto Rico. Algunos intelectuales como Luce López-Baralt declararon que había que “establecer diferencias entre los puertorriqueños de la Isla y los emigrantes angloparlantes y culturalmente asimilados en Estados Unidos”.[1] Nada más lejos de la realidad. El inglés ha sido y también es parte de nuestra resistencia anticolonial. ¿Qué mejor que ejemplo que la subversiva novela escrita en español por el filipino José Rizal en 1887: Noli me tangere?[2]
            La visita y las expresiones de Rick Santorum, precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, dan pie a que se reactive el debate sobre la identidad y el lenguaje como elementos de la lucha anticolonial.[3] Por supuesto, que esto debe hacerse sin recurrir a las exclusiones o al puritanismo hispanófilo que muchos profesan con el propósito de anclarse en una lucha que no trascienda hacia el carácter político; muchas veces transformándose en aliados del nacionalismo institucionalizado por el ELA. Santorum, con la característica prepotencia del político imperialista que visita al territorio colonizado, además de buscar dinero y participar del espectáculo de una primaria que no tiene ninguna trascendencia en la vida política del país, ha dicho muchas cosas que merecen ser analizadas.
            Lo primero que ha dicho en una entrevista con El Vocero ha sido lo siguiente: “Hablar inglés es un requisito. Es un requisito para otros estados y es un requisito para ser parte de la unión. Si quieres participar como estado, en unión a Estados Unidos, necesitas participar en el idioma que la gente habla en los estados”.[4] Entonces yo me pregunto, ¿cuál es su propuesta para comprobar que los puertorriqueños no sólo dominan el idioma, sino que son fluidos en él? ¿Nos examinarán antes de proceder a tan siquiera aprobar un proyecto de incorporación territorial o de anexión federal? ¿Habrá una policía política dedicada a velar que hablemos inglés “bien” en las “instancias oficiales”? Sí, porque para colmo y de forma descarada, el imperialista viene a decirnos, con la tierna sabiduría que le confiere el poder paternal metropolitano que el inglés “es el idioma del éxito” y que de todos modos podríamos seguir hablando español en “nuestras casas y negocios”.
            Esto último, me trajo al recuerdo aquella declaración que hiciera el ex presidente de gobierno de España, José María Aznar, cuando afirmó que él hablaba catalán “en la intimidad” de “círculos no tan amplios”.
             
           ¿Eso es lo que quiere Santorum para nuestro español? ¿Qué lo hablemos en los círculos íntimos porque hablarlo en la calle representa una afrenta a la federación anglosajona? ¡Por favor, pero si el gobierno federal nunca ha aprobado legislación alguna que establezca que el inglés es el idioma oficial de la federación! Nuestra legislación reconoce la oficialidad de ambos idiomas, pero aun así esto no parece importarle a Santorum contestando: “sí y no”.
            El dominio del lenguaje inglés no representa una barrera para el desarrollo de nuestro país. Lo que sí representa un obstáculo es el carácter imperialista de la imposición, de querer infravalorar nuestro acervo cultural tanto en español, como en nuestro inglés a lo Pedro Pietri, Julia de Burgos, a lo Rafael Cancel Miranda, entre otros tantos. Además un discurso desde la mentira de que hay leyes que requieren el inglés para anexar un territorio, retrata su ignorancia en cuanto a la historia de su propio país como la del nuestro. El problema para la anexión, y esto a lo mejor lo tiene más claro, son otros de mayor escala. Por ejemplo, nuestra cultura de tradición hispano-africana-taína nos abre paso a un mundo de identidades que nos acercan más a nuestros vecinos caribeños y latinoamericanos. Puerto Rico es una nación latinoamericana y Estados Unidos nunca pudo quebrantar el deseo de seguir expresándonos en español. Los cuentos de Abelardo Díaz Alfaro y el maestro Peyo Mercé así lo atestiguan. 

           
           La República de Puerto Rico debe de reconocer la importancia de dominar varios lenguajes para el desarrollo económico y cultural del país. No sólo se fomentará el aprendizaje del inglés, sino que se podrá trabajar con la especialización de otros lenguajes que nos abran las puertas a otros espacios de comunicación con el resto del mundo. Los lenguajes en manos de mujeres y hombres libres nunca representarán una barrera. Para Santorum y el imperialismo yanqui, sí.
            El precandidato, en búsqueda de buenas vacaciones, 20 votos y algún dinero, habla de los requisitos para la anexión, pero no habla de la irresponsabilidad del Congreso y todas las instancias federales en iniciar un proceso descolonizador en el que se provean las condiciones, si es que están de verdad dispuestos a admitir la anexión de Puerto Rico a la federación, para que se proceda a iniciar el proceso.[5] En eso no se diferencia del amo presidente guerrerista, el Sr. Obama. Dice tiene que ser un mandato “claro y decisivo”. ¿Pero cuánto? Lo que pasa es que no está dispuesto a reconocer que al Congreso lo que verdaderamente le interesa es mantener de forma perpetua el estatus colonial porque así es como el imperio saca provecho económicamente de nuestro territorio. Esto sin añadir la larga lista de intereses imperialistas en la región del Caribe desde la misma fundación de la república estadounidense.
            En fin, uno esperaría una respuesta del movimiento anexionista, pero siempre recurren a arrodillarse ante al amo cual cipayos fueran. Uno esperaría más militancia y enfrentamiento aunque fuera al estilo barbosista; pero algo al fin.


[1] “Palabras preliminares”, en Esteban López Giménez, Crónica del 98: el testimonio de un médico puertorriqueño. Madrid, Ediciones Libertarias, 1998, p. 23.
[2] Anderson, B. Bajo tres banderas: anarquismo e imaginación anticolonial, Akal, Madrid, 2008.
[5] En el 1989, el proyecto de los Senadores federales Johnston (D-LA) y McClure (R-ID) propuso legislación para aceptar la anexión con ambos idiomas oficiales y hasta con Comité Olímpico. Por esas y otras razones, el proyecto, después de tres años de vistas en varios comités, quedó sin ser aprobado.




miércoles, 22 de febrero de 2012

Valencia, Fortuño y los tipos de violencia


            La subjetividad de la violencia es, según Žižek[1], la parte más visible de un entramado mucho más complejo. Lo subjetivo de la violencia nos lleva a fijarnos obsesivamente en los actos de crímenes, homicidios, robos, tráfico de armas y drogas, maltratos a niñas, niños y ancianos, la violencia machista, entre otras expresiones de la violencia cotidiana. Eso está bien. Por ejemplo, el gobernador, anoche en su mensaje de la situación del estado colonial, haciendo alarde de su retórica macharrana, repitió el ineficaz: “que el criminal sepa que no le vamos a dar tregua”; y además, propuso la revisión-ajuste del derecho a fianza como la panacea contra la violencia social. Pero, ¿qué relación hay entre la acción violenta y el saber o no que el derecho a fianza está limitado? Ninguna.
            Como fuerzas sociales desde la izquierda que resiste deberíamos exigir que los políticos tradicionales —esos que participan de la vida institucionalizada de los partidos, la Asamblea Legislativa, los secretarios, asesores y el resto de componentes del entramado de la democracia liberal—, se distancien y alejen del señuelo “fascinante de esa violencia”. En todo caso, si no le queremos exigir nada a ellas y ellos, porque creemos que es mejor partir de nuevos rumbos, pues sería útil discutir sobre otras vertientes de la violencia, más allá de la preocupación del “orden liberal tolerante que predomina hoy”.
            Tenemos que debatir y socializar la(s) idea(s) de que la violencia subjetiva es sólo la parte más visible de un sistema de violencia que incluye tanto una parte simbólica, como una objetiva. Tenemos que analizar, sin miedo a lo complejo, las diversas interacciones que ocurren entre lo subjetivo, lo objetivo y lo simbólico de la violencia. La violencia simbólica vendría a ser la que se encarna en el uso cotidiano del lenguaje y de los discursos que construimos con él a través de tres grandes sistemas de exclusión: lo prohibido, la separación de la locura y la voluntad de la verdad.[2] La violencia objetiva es entonces aquella que surge como consecuencia del funcionamiento homogéneo de nuestros sistemas económico y político. Es aquello que parecer ocurrir porque el sistema así lo prevé, como lo dialéctico mecánico.
            La violencia no es sólo la acción física directa, sino que también incluye formas sutiles de coerción que imponen dominación y explotación, incluyendo la amenaza a la violencia (p.e.: que vas a ser desahuciado la semana que viene). Mucha gente pensará que con este tipo de análisis nos alejamos de la “realidad” social de las personas; sobre todo, de las víctimas de los hechos violentos que cometen contra ellos y ellas los individuos “desechables y excluidos del sistema”. El análisis que propone Žižek en su libro es que además de esa “realidad” lacaniana, tomemos en consideración también lo “real”, que termina siendo lo abstracto que determina lo que ocurre en la “realidad” social.
            Muchos afirman que nos abstraemos ideológicamente al no querer ignorar el irrespeto por lo humano y por el medio natural que el capitalismo ejerce de forma violenta sobre nuestras vidas. Pareciera ser que la “realidad” y lo “real” de esa violencia sobre los expulsados, desechados, excluidos, los sin techo hasta los desempleados no son inherentes a la “ultraobjetividad”, del capitalismo global.[3] ¿Dónde está la fuente ideológica de los crímenes del capitalismo? Sugiere Žižek que como no hay un “manifiesto capitalista” toda la violencia que se ejerce sistémica y simbólicamente es producto de un proceso objetivo que nadie planeó. Así como la crisis financiera actual, donde al parecer nadie se hace más rico a costa de los desempleados, los sin techo, a costa de los recortes en educación y los "enemigos-estudiantes" valencianos, de las reformas laborales en las que siempre gana el patrón y de como nos recordara Valdés Pizzini en Vidas Desperdiciadas, de aquellos suicidas de la número dos.


[1] Žižek, S. (2009). Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales. Barcelona: Paidós.
[2] Foucault, M. (2011 [1973]). El orden del discurso. Barcelona: Tusquets.
[3] Balibar, E. (1997). La violence: idéalité et cruanté en La crainte des mases: politique et pilosophie avant at aprés Marx. París: Galilée.

jueves, 19 de enero de 2012

Sobre las fotos de la farándula, la libertad corporal y las presiones moralistas


            Es verdaderamente un bochorno lo que ha sucedido en PRTV, canal de la Corporación para la Difusión Pública del Gobierno de Puerto Rico. Su director, Pedro Rúa Jovet, ha decidido terminar el contrato de Gricel Mamery. En otras palabras, la botan del canal alegando que las fotos difundidas inicialmente por El Vocero y posteriormente en varios medios digitales y escritos del país, representan una falta a las cláusulas contractuales concernientes al desempeño y a la imagen pública.
            ¡Qué obsesión con ganarse sus respectivos paraísos con posiciones moralistas sobre el cuerpo y los espacios públicos! En esas fotos no hay ningún daño a la imagen pública. Lo primero que habría que preguntarse es, ¿qué es la imagen pública? ¿Qué la daña? ¿Cuál es el proceso para dañarla? Y bueno esta para los abogados-juristas, ¿hasta qué punto un contrato laboral puede controlar a quién besamos, quién toca nuestro cuerpo y cómo y con quién bailamos? Gricel es dueña de su cuerpo y decide a quién besa, quién le pone las manos en sus tetas y si baila reguetón o no con alguien que no es su marido. En todo caso, ¿por qué no se emiten juicios de valor contra el que tomó las fotos? ¿Para qué publicar fotos de gente haciendo uso de su libertad corporal? ¿Acaso no la ejercemos todxs?
            Por otra parte, ha sido Pedro Rúa Jovet con su acción y con sus declaraciones hechas hoy al El Nuevo Día, quien proyecta el moralismo corporativo del gobierno de Puerto Rico al público aludiendo que es él (en alusión al pueblo;  por suerte, no señaló al cielo) quien la tiene que “entender o perdonar”. Pero, a excepción de los típicos retrógrados-moralistoides-analistos, las redes sociales han estado llenas de apoyos a la presentadora. Además, ¿ha recibido quejas el canal? ¿Qué tipo de quejas se pueden plantear? ¡Qué les molesta que no sea su marido el que le toque las tetas y la bese!
            Muchos han recurrido a decir que el ambiente de fiesta de la Calle San Sebastián, las copas, los amiguetes justifican la cuestión. Yo diría que tampoco. Estas fotos están justificadas en su libertad como persona tanto en fiesta, como en la semana  santa cristiana. A ella le tomaron las fotos mientras estaba en un balcón de una habitación. Total, ¿quién no ha visto un sostén y unas tetas en su vida? ¡Nada más les hace falta moverse por una playa de la isla para que esos moralistas vayan directo a sus infiernos!
            Esto me recuerda al caso del ex-senador Arango. Muchos moralistoides, lamentablemente criados y apoyados por él, salieron a la carga por la foto en la que enseñaba su ano mientras posaba como un perro. El ex-senador ni tan siquiera negó que las fotos fueran de él, pero después prácticamente lo reconoció al decir que le tendieron una trampa. En ese caso, Arango terminó renunciando del Senado evadiendo así ser apartado del cargo por asuntos de la ética del comportamiento. Incluso, había quienes hacían burla o tomaban posición desde la hetero-normatividad-falocéntrica-machistoide para declarar que el senador tenía que ser gay por esas fotos.
            En fin, aunque son casos distintos en muchos de sus fundamentos, los dos surgen a raíz de fotografías y en los dos casos los protagonistas no han decidido, hasta el momento, hacer una defensa desde la libertad corporal-individual de lo que hacen. No espero que Gricel dé explicaciones, pues no es necesario, sino que cuestione la opresión moral que ha llevado a la corporación a cancelarle su contrato.

lunes, 2 de enero de 2012

La inefectividad de las campañas contra los tiros al aire


            Este año se pudo ver y oír en Puerto Rico una intensificación de las campañas contra la práctica de los tiros al aire. Pero no hacía falta esperar a los reportes noticiosos para saber que de todas formas habría muertos o heridos a causa de esta práctica. Este año fueron cuatro los desafortunados que recibieron una bala como felicitación por el nuevo año. El caso que muchos hemos venido siguiendo a causa de la cobertura en los medios y la gravedad en la que se encuentra la herida ha sido el de Karla Michelle, de 15 años de edad. Ella recibió un impacto a eso de las 11:59 p.m. en el vecindario de Villa Palmeras en Santurce. Ahí, cuando su familia le fue a dar el típico abrazo de las 12, la muchacha estaba tirada en el suelo y con su cabeza ensangrentada.

            Ahora Karla Michelle, una joven talentosa de nuestro país, lucha por su vida con una bala alojada en el cerebro. Ante el dramatismo de este caso, cabe preguntarnos, ¿cuál fue la efectividad de este tipo de campañas?[1] Hoy en ENDI se difundió un vídeo en el que cuatro muchachos —unos cinco minutos antes de las 12— graban los sonidos de los disparos cerca de su apartamento, realizados con armas de diferentes y potentes calibres. ¡Sonidos verdaderamente de una batalla campal!

            Ya sabemos que las campañas pueden tener el efecto de crear solidaridad en las comunidades y concientizar sobre el peligro que implica disparar al aire. Pero entonces surge la pregunta de si verdaderamente impactan o causan algún cambio de actitudes al que tiene la manía de andar armado y que para colmo ya lleva algunos meses pertrechándose con su arsenal de municiones para tal ocasión —como símbolo manifiesto de su poder dentro de las estructuras del narcotráfico o incluso, desde la legalidad para la llamada protección; “porque las cosas están malas”— y resolver todo a fuerza de cañón. En todo caso, si este año la cifra de heridos/muertos fue menos, esto no implica que hubo menos disparos. Por el contrario, pudo haber habido muchos más disparos y muchos más escondidos, como podemos apreciar en el vídeo. ¿En cuántas casas en Puerto Rico se habrá repetido la escena del llamado a la protección dentro de los pasillos? Creo que en muchos. Aún en los pueblos pequeños del lejano occidente, como por ejemplo mi pueblo de Sabana Grande, siempre nos guarecíamos; aunque yo no recuerdo haber escuchado disparos. Recuerdo cuando nos decíamos entre familiares, “vámonos ya adentro que se acercan las doce.” Era la reproducción de la histeria colectivamagnificada y real— que se iba multiplicando cada vez más y que ha llegado hasta el punto de ya no sentirse seguro ni en los espacios de la casa que tengan algún punto de entrada fácil desde el exterior.

            A tal efecto, cabría considerar dos vías de solución para evitar más tragedias como las de Karla Michelle. La primera, viendo que el sistema económico-político-social que impulsa el neoliberalismo fortuñista-reaganista- thatcherista-“teapartier” es el individualismo, pues habría que entonces diseñar una campaña —que de seguro sería más efectiva para el asunto de las tan mencionadas y utilizadas cifras— para que cada cual velara por su vida; y que en vez de salir al patio o al frente de la casa a compartir con sus familiares y vecinos, fueran a los pasillos de sus casas o a los bunkers que te venderá alguna APP para refugiarte. La segunda, que es por la que debemos abogar, implica varias vías de acción colectiva, siendo entre ellas, la promoción de la cohesión social, la instrucción pública, la educación y la disciplina comunitaria por varias vías.[2] Por añadidura, la imposición de medidas legales que impliquen su transformación en efectivas medidas reales para restringir el comercio y posesión de armas, y la puesta en vigor de medidas que detengan de una vez la entrada de más armas al país por vías legales e ilegales (mediante furgones sin inspeccionar, mediante transporte aéreo masivo, mediante entradas por vías aérea o marítima privados).[3] Pero no sólo de medidas legalistas nos debemos proveer como ya mencioné, sino que más que eso hace falta la implementación-revolución de medidas de orden estructural, que además expresen cierta coherencia con lo que queremos que funcione —y de qué formas— en el país.

            En fin, la inefectividad de las campañas de este tipo se hace más evidente y se profundiza aún más con las contradicciones del propio sistema. Por un lado se nos habla de no disparar al aire, y por otro se promueve la violencia estructural del individualismo, la rapiña de los bienes públicos, la merma de la calidad de la instrucción pública, la dejadez que promueve el consumismo, el nihilismo yoista y hasta el ocio violento que promueve el anuncio que va después del de la campaña (como los juegos de vídeo que las Fuerzas Armadas estadounidenses utilizan para promoverse entre los jóvenes). Es por estas y muchas más razones que para mitigar situaciones que son consecuencias de profundos problemas estructurales no podemos depender únicamente de una intensa campaña. En todo caso un gobierno que fuera producto de una democracia real y social implementaría y ejecutaría medidas revolucionarias, sobre todo adaptadas a nuestras circunstancias (sin dejar al lado la perspectiva global de las mismas) contra los problemas que generan la violencia de raíz.


[1] La pregunta se hace más que pertinente cuando el propio sistema —en este caso una parte de él que se llama gobierno— es uno de los principales instigadores de la violencia que se vive en nuestra isla. Con esto no quiero decir, como probablemente me recriminarán algunos, que todo el problema recae en el gobierno, sino que pretendo hacer visible los actos de hipocresía del mismo.
[2] Esta disciplina cívica no implica totalitarismos, así que no se asusten.
[3] Pero, ¿qué más podemos esperar estando sujetos al proceso de las leyes de comercio y aduanas de los Estados Unidos de América? Un país que supuestamente libró una guerra contra las propias armas que ellos habían vendido al gobierno iraquí y que ahora está volviendo a armar descaradamente con el riesgo de que dichas armas sean las que posiblemente se usen para masacrarse entre diferentes facciones religiosas.

domingo, 1 de enero de 2012

Siguen siendo dos caras de la misma moneda


            Ante el recorte presupuestario y la nueva subida de impuestos que pretende imponer el gobierno dirigido por el popular, Sr. Rajoy, los pesoistas pretenden levantar una vez más la bandera de la diferenciación. “Ven, no somos iguales”, “Ahora viene peor”, “Deja que pasen las autonómicas andaluzas” son algunas de las consignas que se pueden leer en las redes sociales y se escuchan en los debates de los analistas oficiosos de las ondas radiales.

            La consigna de la izquierda que resiste de que el PP y PSOE son iguales aún se sostiene. Ambos partidos se diferencian sólo en las reformas políticas de tipo fiscal y de derechos sociales que el sistema económico-político está dispuesto a sostener como válvulas de escape en ciertos periodos históricos determinados. Lo que sucede con esas reformas políticas que son bandera del “progresismo” del PSOE es que no se sostienen en el tiempo; pasan a ser alimento de la reacción porque no se profundiza en un cambio sistémico que nos lleve a un nuevo modelo económico-político-social. Ambos partidos—uno con su progresismo y otro con su reacción— son el equivalente al mantenimiento de lo mismo: “un paso para ’alante y otro pa’ atrás”.

            La izquierda que resiste no puede conformarse con los lamentos de los pesoistas; de lo que quieren hacer pero no hicieron, de lo bien que gestionarían el capitalismo en la crisis (siguiendo al pie de la letra lo que dictan los gestores y dueños de los mercados del capital financiero en el norte opulento). Está claro que el pesoismo forma parte de un sistema hasta el punto que hizo un llamado a las elecciones para transferirle el poder de forma adelantada a los chicos y chicas buen@s del capital; ya que ellos sólo fueron los que prepararon la zapata para la reforma profunda de la vuelta al neoliberalismo y las nuevas adaptaciones para llevar el sistema económico-político al límite de su existencia.

sábado, 17 de diciembre de 2011

De los ‘periódico-listos’ y su alianza con los destructores del ambiente


Sólo cuando
el último árbol esté muerto,
el último río envenenado
y el último pez atrapado,
te darás cuenta de que no
puedes comer dinero.
Sabiduría del pueblo y un mural en el RUM

            El viernes, 16 de diciembre de 2011 El Vocero de Puerto Rico publicó un artículo titulado La isla del no. El mismo complementó su titular de portada que podía leer: La Isla del no:‘Ambientalistos’ se quejan hasta de los molinos. Pero además de complementar dicho titular e intentar ridiculizar al pueblo que lucha, el artículo es una reiteración de la alianza entre el capital que destroza y roba la tierra puertorriqueña y los medios de comunicación corporativos.


I
            El jueves, 14, en horas de la mañana, un grupo de jóvenes entró a los terrenos agrícolas donde se pretende instalar alrededor de unos cuarenta molinos de viento. En un acto de desobediencia civil, los jóvenes impidieron, con sus cuerpos, que la maquinaria pesada, que se prestaba a realizar labores relacionadas con dicha instalación, pudiera continuar su paso. Por este motivo la Policía de Puerto Rico decide arrestarles y radicarles cargos por incumplimiento del Artículo 208a (conocido como el “Anti Tito Kayak”). Dicho cargo fue desestimado el viernes, 16. De todos modos la portada y el artículo ya estaban listos desde horas de la madrugada. 



II
            El mensaje que busca transmitir dicha portada y artículo podríamos debatir que es el siguiente: en Puerto Rico hay un sector que “protesta por todo” y hasta por cosas que son “verdes” y en beneficio del ambiente.
            Ahora bien, analicemos primeramente el asunto de la protesta. No se trata de protestar profesionalmente y con consignas sin sentido, sino que se trata de cuestionar la viabilidad de dicha instalación en terrenos agrícolas; así sea de una cuerda o quince. Dichos terrenos son importantes para la decadente producción agrícola en el país y no podemos permitir que la empresa Pattern Energy haga negocios con la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) en detrimento de nuestro sustento alimenticio; tan dependiente de la importación mediante el transporte marítimo. Y si hay que recurrir a la protesta y a mantener constante y firme un NO, pues es la única manera de vencer y cuestionar las concepciones de “progreso” que nos quieren vender. Como dice una comunicación de La Nueva Escuela, la ciudadanía: “tiene derecho a preguntar, reclamar, manifestarse y buscar la paralización de proyectos rodeados de tantas interrogativas.
            Por otra parte, observamos cómo se escudan detrás de la etiqueta de energía “verde” para ridiculizar a los que protestan y cuestionan. El asunto con dicha etiqueta es que hasta las compañías petroleras, automotrices, de computación, los gaseoductos y hasta la armamentística ahora quieren ser “verdes”. Un día quizás nos vendan una guerra imperialista “verde”. A los grandes intereses del capitalismo no les importa cambiarse de etiquetas, con tal de sobrellevar sus crisis. Así es que, por ejemplo, surge en el discurso mediático el manejo de este tipo de etiquetas y de otras que presentan al capitalismo como un sistema que puede ser bonachón.

III
            Más hay que recordar que en Puerto Rico sí necesitamos renovar nuestras fuentes de energía. El petróleo escasea ya y será uno de los motivos del colapso capitalista. Es por eso, que es deseable que sean autoridades de poder popular, las que estudien, planifiquen e implementen este tipo de proyecto relacionados con la energía eólica. No se puede pretender, a la cañona, que la empresa Pattern Energy obtenga un contrato por veinte años con la AEE por más de 350 mil millones de dólares. Lo más probable es que ellos harán la inversión necesaria, pero no es para reducir los costes de luz, sino para obtener ganancias de dicho contrato. Y todo esto, para colmo, sin haber presentado al público el verdadero impacto de las fuerzas del viento en el movimiento de las turbinas y la producción de energía. ¿Será este otro proyecto “verde” como el del traspaso de tierras agrícolas experimentales de la UPR para la construcción de urbanizaciones o centros comerciales? ¿Si el viento no es suficiente se convertirán en un monumento a “mediocridad”?


IV
            En fin, vemos cómo la protesta en nuestro país se intenta criminalizar y ridiculizar. Los titulares de los medios corporativos de San Juan (los ‘periódico-listos’), en un achaque de creatividad o de obediencia a los grandes intereses, muestran su descarada parcialidad hacia los intereses de la Pattern Energy. Los ambientalistas (y anticapitalistas) dicen sí a la autogestión de la energía, dicen sí a la responsabilidad con las tierras fértiles y dicen sí a la propiedad pública de los recursos energéticos. Los medios de comunicación y el capital privado siempre son los que dicen no. De todas, formas se toman el atrevimiento de proyectar a la “isla” como una del “no”.