Sólo cuando
el último árbol esté muerto,
el último río envenenado
y el último pez atrapado,
te darás cuenta de que no
puedes comer dinero.
Sabiduría del pueblo y un mural en el RUM
El viernes,
16 de diciembre de 2011 El Vocero de Puerto Rico publicó un artículo titulado La
isla del no. El mismo complementó su titular de portada que podía leer:
La Isla del no:‘Ambientalistos’ se quejan
hasta de los molinos. Pero además de complementar dicho titular e intentar
ridiculizar al pueblo que lucha, el artículo es una reiteración de la alianza
entre el capital que destroza y roba la tierra puertorriqueña y los medios de comunicación
corporativos.
I
El jueves,
14, en horas de la mañana, un grupo de jóvenes entró a los terrenos agrícolas
donde se pretende instalar alrededor de unos cuarenta molinos de viento. En un
acto de desobediencia civil, los jóvenes impidieron, con sus cuerpos, que la
maquinaria pesada, que se prestaba a realizar labores relacionadas con dicha
instalación, pudiera continuar su paso. Por este motivo la Policía de Puerto
Rico decide arrestarles y radicarles cargos por incumplimiento del Artículo 208a
(conocido como el “Anti Tito Kayak”). Dicho cargo fue desestimado el viernes,
16. De todos modos la portada y el artículo ya estaban listos desde horas de la
madrugada.
II
El mensaje
que busca transmitir dicha portada y artículo podríamos debatir que es el
siguiente: en Puerto Rico hay un sector que “protesta por todo” y hasta por
cosas que son “verdes” y en beneficio del ambiente.
Ahora bien,
analicemos primeramente el asunto de la protesta. No se trata de protestar
profesionalmente y con consignas sin sentido, sino que se trata de cuestionar la
viabilidad de dicha instalación en terrenos agrícolas; así sea de una cuerda o
quince. Dichos terrenos son importantes para la decadente producción agrícola
en el país y no podemos permitir que la empresa Pattern Energy haga negocios con la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE)
en detrimento de nuestro sustento alimenticio; tan dependiente de la
importación mediante el transporte marítimo. Y si hay que recurrir a la
protesta y a mantener constante y firme un NO, pues es la única manera de
vencer y cuestionar las concepciones de “progreso” que nos quieren vender. Como
dice una comunicación de La Nueva Escuela, la ciudadanía: “tiene derecho a preguntar, reclamar, manifestarse y buscar
la paralización de proyectos rodeados de tantas interrogativas.”
Por otra
parte, observamos cómo se escudan detrás de la etiqueta de energía “verde” para
ridiculizar a los que protestan y cuestionan. El asunto con dicha etiqueta es
que hasta las compañías petroleras, automotrices, de computación, los
gaseoductos y hasta la armamentística ahora quieren ser “verdes”. Un día quizás
nos vendan una guerra imperialista “verde”. A los grandes intereses del
capitalismo no les importa cambiarse de etiquetas, con tal de sobrellevar sus
crisis. Así es que, por ejemplo, surge en el discurso mediático el manejo de
este tipo de etiquetas y de otras que presentan al capitalismo como un sistema que
puede ser bonachón.
III
Más hay que
recordar que en Puerto Rico sí necesitamos renovar nuestras fuentes de energía.
El petróleo escasea ya y será uno de los motivos del colapso capitalista. Es
por eso, que es deseable que sean autoridades de poder popular, las que
estudien, planifiquen e implementen este tipo de proyecto relacionados con la
energía eólica. No se puede pretender, a la cañona, que la empresa Pattern Energy obtenga un contrato por
veinte años con la AEE por más de 350 mil millones de dólares. Lo más probable
es que ellos harán la inversión necesaria, pero no es para reducir los costes
de luz, sino para obtener ganancias de dicho contrato. Y todo esto, para colmo,
sin haber presentado al público el verdadero impacto de las fuerzas del viento
en el movimiento de las turbinas y la producción de energía. ¿Será este otro
proyecto “verde” como el del traspaso de tierras agrícolas experimentales de la
UPR para la construcción de urbanizaciones o centros comerciales? ¿Si el viento
no es suficiente se convertirán en un monumento a “mediocridad”?
IV
En fin,
vemos cómo la protesta en nuestro país se intenta criminalizar y ridiculizar. Los
titulares de los medios corporativos de San Juan (los ‘periódico-listos’), en
un achaque de creatividad o de obediencia a los grandes intereses, muestran su descarada
parcialidad hacia los intereses de la Pattern
Energy. Los ambientalistas (y anticapitalistas) dicen sí a la autogestión
de la energía, dicen sí a la responsabilidad con las tierras fértiles y dicen
sí a la propiedad pública de los recursos energéticos. Los medios de
comunicación y el capital privado siempre son los que dicen no. De todas,
formas se toman el atrevimiento de proyectar a la “isla” como una del “no”.
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