“Sin
embargo parecía
que todo se iba a acabar
con la distancia mortal
que separó nuestras vidas.
Realizaron la labor
de desunir nuestras manos
y a pesar de ser hermanos
nos miramos con temor.”
que todo se iba a acabar
con la distancia mortal
que separó nuestras vidas.
Realizaron la labor
de desunir nuestras manos
y a pesar de ser hermanos
nos miramos con temor.”
P. Milanés
Lo poco que
se ha comentado en los medios de comunicación digitales en Puerto Rico, sobre
la CELAC y su reunión fundacional, ha estado limitado a la no invitación de una
misión observadora y a la exigua discusión sobre el colonialismo estadounidense
en la isla.[1]
Ante estas dos vertientes sobre las que ha girado el análisis de la noticia, presento
este escrito con algunas reflexiones del porqué de los dos hechos mencionados.
Sobre lo
primero, cabe recordar que Puerto Rico no fue invitado a esta reunión fundadora
por una razón obvia: porque es una colonia de los Estados Unidos. Eso lo
sabemos muchos en el país. Por eso muchos pasaron a preguntarse el por qué
entonces no invitaron a una misión observadora de los promotores de la
independencia de Puerto Rico. El problema, en ese caso, es que no es difícil
imaginarse el curso que hubiera tomado la eterna garata entre diferentes
organizaciones independentistas por autodenominarse los “auténticos”
representantes del movimiento de liberación nacional y todas las revoluciones
que se harían después de la misma.
En segundo
lugar, la única mención que se hizo del “caso de Puerto Rico” fue durante la
alocución del Comandante Ortega, presidente de la República de Nicaragua.[2]
Muchos y muchas se quejan porque fuera Daniel quien lo mencionara. Desde el
punto de vista de algunos en Puerto Rico, él asume posturas retrógradas que no
ayudan en nada a la consolidación de una revolución social y política en su
país. Estoy de acuerdo con muchas de las críticas a Daniel y al FSLN. Habría
que preguntarnos, ¿quién entonces queríamos que lo dijera? De seguro Chávez,
Raúl y Pepe también son criticables. Pero, ¿estamos en capacidad de exigir? Y
es que además Daniel no habló sobre cómo habría que prohibir el aborto o sobre
cómo habría que pactar con la Iglesia para alcanzar la independencia del país. No
hace falta que Daniel abogue por ello. Para eso tenemos al gobierno y a las iglesias
atentando contra los derechos civiles en nuestro país a diario.
Entonces, a
Daniel no le podemos achacar las culpas sobre nuestra incapacidad de liberarnos
y mucho menos sobre querer imponer los lineamientos de la futura revolución
socialista en Puerto Rico. Él simplemente habló sobre la necesidad de que
Puerto Rico forme parte de la comunidad de estados independientes de América
Latina y el Caribe. ¡Nada más! Cada cual con su arrebato sobre si queríamos que
viniera el mismo Cristo a la reunión de CELAC a hablar de la independencia del
país o no. Claro que no quisiéramos que fuera Pinochet o Hitler quiénes se
expresaran a favor de la independencia de Puerto Rico. Pero es que los apoyos de
Daniel y del FSLN podrán ser criticados por lo que consideremos sus errores, pero jamás serán de la calaña fascitoide-imperialista (sí queserán retrógradas, conservadores, machistas, que no es que sea poca cosa) de aquéllos, sino que son producto
de la constancia de la solidaridad hacia nuestro movimiento.[3] A
mí por ejemplo, me hubiese gustado que hubiera sido Raúl (y mucho más Fidel;
quien como dijera el chino, era el que debería estar ahí), pero de seguro a
muchos le hubiera parecido un apoyo también cuestionable. Pero, ¿si hubiera sido el pinochetista Piñera?
A mí no me
cabe la duda de que, si no todos, casi todos los que estaban allí apoyan la
eventual incorporación de Puerto Rico a esta comunidad. Desde diversas interpretaciones
quisieran que Puerto Rico formara parte de sus propios ejes, pero no hay que olvidar que estos han
sido puestos en segundo plano, al menos momentáneamente, para echar a andar esta reunión. Pero en todo caso, es a
nosotros a quiénes nos tocará incorporarnos a los ejes que nos correspondan en
aras de proteger nuestra revolución independentista y socialista. Serán muchos
los esfuerzos que tendremos que hacer para vencer los obstáculos que vendrán
por parte de nuestra propia oligarquía y sectores de la burguesía aliadas del
imperialismo. Los problemas en todo caso no vendrán porque Daniel cometa
errores en Nicaragua (políticos y personales, que de por cierto son -y repito- de una magna
gravedad).
Ya para
culminar, y proponiendo una crítica a diversos movimientos, sobre los dos
puntos que propuse al inicio del escrito: la no invitación de una misión
observadora y la mínima mención de Puerto Rico cabría cuestionarnos lo
siguiente. Primero, ¿habrá que continuar con los esfuerzos que años tras años
se realizan para que el Comité de Descolonización de la ONU apruebe la ya
famosa resolución que nunca llega a la discusión de la Asamblea General? Algunos
también se acordarán del famoso Congreso de 2006 por la Independencia de Puerto
Rico en la Ciudad de Panamá. ¿Qué resultados se han reflejado de ese esfuerzo de
la reunión de los aliados (y de otros que no lo son) del Partido
Independentista Puertorriqueño (PIP) en la región? El esfuerzo con aquellos
partidos (mayoritariamente los socialdemócratas) no resultó en nada que no
fuera más allá del apoyo de los propios partidos. Por ejemplo, de qué sirve el
apoyo de la UCR de Argentina (si lo que necesitamos es que Cristina hablara; lo
que también, sin duda hubiera sido criticado por algunos). Si queremos que los
presidentes hablen (me pregunto si, ¿es lo que queremos?) lo que tenemos que hacer
es hablar con los jefes de Estado y de Gobierno de la región.[4]
La ONU es y
debe ser un frente. Los esfuerzos que puedan hacer cada partido o grupo son
otro. Pero, ¿acaso no podremos ser capaces, al menos estratégicamente, alguna
vez al menos llamar la atención con un esfuerzo propio –que no sea que Chávez,
Cristina, Ortega o Piñera digan algo o no–, como lo pudiera ser el III Congreso
Pro Independencia, que aglutine a todas las organizaciones e individuos que
estaríamos en el esfuerzo de una constituyente de nuestra república? Mientras
no seamos capaces de aglutinar y de comprender que de camino a la revolución muchos se quedarán agotados y conformes con la república neocolonial y otros
seguiremos hacia algo nuevo, no podremos avanzar en esta dirección. Pero en todo caso, anduvimos juntos hasta un
punto. Ese punto ahora debe ser, incluso, imitar la misión de Albizu Campos por
toda América Latina, el Caribe y los Estados Unidos recabando apoyos
solidarios. Esta misión debe ser producto de una confluencia entre las
organizaciones independentistas del país, en la cual nos aprestemos, incluso, a romper el
bloqueo que Estados Unidos impondría para que diferentes delegados de otros
países lleguen a ese III Congreso.
[1] Es
necesario hacer hincapié en que medios alternativos como la estación radial WPAB 550 AM en Ponce, el periódico Claridad y otros han llenado le
hueco informativo y de análisis que han dejado los medios corporativos de San
Juan.
[2]
Ver Ortega: Muy pronto Puerto Rico se
incorporará a la CELAC por Tele Sur en http://youtu.be/mdOVZuSUtk4
[3] Para
prueba de ello cabe leer esta carta que ese mismo día le escribiera nuestro
héroe nacional, Rafael Cancel Miranda. Ver: Gracias,
comandante Daniel Ortega en http://www.claridadpuertorico.com/content.html?news=14F6DEBEAF9DA57233321A709DDCEE68
[4] Para
lograr esto, en mi opinión, tendríamos que aglutinar una gran cantidad de
movimientos sociales, organizaciones político-militares, partidos políticos,
individuos… que quieran formar parte del III Congreso Pro Independencia y así
tener una representación delegada que obedezca (y no mande); que se encargue de
establecer los contactos necesarios para lanzar al Congreso como representante
del movimiento de liberación del país ante los jefes de Estado y de Gobierno
que conforman la CELAC.
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