sábado, 2 de julio de 2011

Los disparates de Figueroa Sancha. Parte II y final

Nota del autor
Este análisis de lo que plantea Figueroa Sancha ante su despido del gobierno es una continuación a ¡Los disparates de Figueroa Sancha sobre la violencia homicida en Puerto Rico!

            Ante la renuncia del superintendente de la Policía de Puerto Rico, el Sr. Figueroa Sancha, vale la pena analizar algunas de sus declaraciones al país.[1] Pero antes de eso, quiero manifestar una crítica a como se está informando el asunto en los medios digitales del país. De forma generalizada se está recurriendo a la contradicción de decir que al superintendente se le pidió la renuncia. Si vamos al DRAE, renuncia es una palabra que denota “voluntariedad” en la dimisión o dejación. [2]¿Fue esto voluntario? No, porque en las mismos informes se declara que desde La Fortaleza se le pidió de abandonase el cargo que ostentaba. Entonces, hablemos claro, esto es directamente un despido de un cargo.

            Y es que una vez más desde el gobierno se impone un ejemplo de mentira y de estupidez humana. Si desde la sede del poder ejecutivo se confirma que se le despidió, ¿entonces por qué el Sr. Figueroa Sancha alude a razones de salud? Esto es como cuando nos enseñaron que cuando faltáramos a una cita no nos excusáramos diciendo que nuestra abuela estaba enferma. Simplemente uno se excusa aludiendo a hechos verdaderos: “no pude llegar porque me levanté tarde”, “no llegué porque se me olvidó”… Eso es lo que debemos esperar que nos diga tanto el ex superintendente, como el gobernador de Puerto Rico: la verdad y no la típica excusa de la abuela enferma.

            Lo otro, más incoherente aún, es el comunicado de La Fortaleza que se desvive en elogios a un señor al que acaba de despedir. [3]Y es que por hacer las cosas bien no se debe despedir a nadie. En ese caso planteo una defensa, llena de mordaz ironía, al señor recién despedido. ¡Por hacer las cosas bien no se despide a nadie! Ante este caso lo deseable es que el gobernador rinda cuentas del porqué los planes de acción del despedido ya no son congruentes con los del jefe del ejecutivo. Sería hasta un acto de sanidad que nos explicaran estas razones. Así sabremos cuáles son los nuevos ajustes en los planes o hacia donde se encaminan las políticas públicas relacionadas con el principal cuerpo de seguridad del ELA.

            Ahora bien, pasando a las declaraciones que por segunda vez me llevan a clasificar de disparatero a este despedido señor, cabe resaltar las siguientes ideas:

·         En primer lugar, no se puede estar “tranquilo y en shock” a la misma vez.
·         Segundo, Figueroa Sancha, una vez más hace alarde una objetividad apolítica, haciendo entrever que todas las críticas que se hacen al cuerpo de la policía están políticamente motivadas por algunos sectores del país. Es como si su pretendida objetividad respecto a la visión del cuerpo de seguridad no lo estuvieran también.[4] En todo caso sería mejor que nos explicara cuáles han sido las diferencias con el poder ejecutivo o cuáles son sus falsas razones relacionadas con su salud. Aquí les dejo un enlace a otra nota que también había trabajado sobre la policía de Puerto Rico y las razones por las que entiendo se debe refundar este cuerpo con el propósito, precisamente, de quitarle la carga de cuerpo de persecución política que se le impuso desde su fundación por las autoridades coloniales estadounidenses http://goo.gl/kyd2s.
·         En tercer lugar, me parece desatinada y disparatada una de sus frases de despedida a sus compañeros policías. Les dice: “No importa lo injusto e ingrato que puedan representar las condiciones que día tras día…”. ¡Pues no señor Figueroa Sancha! Puerto Rico se merece unos policías que también exijan al gobierno y sean proactivos en las mejoras de sus condiciones de trabajo. Incluso, planteo que deben exigir mejor formación y hasta la refundación desde el propio cuerpo; algo que a la vez reconozco que por ahora, con tanto lavado de cerebro que se le hace a los muchachos y muchachas —y este también es ideológico y políticamente motivado—, pues no ocurrirá a corto plazo.

            Para finalizar, surge otra incoherencia más de Alejandro “es decente y su entraña contundente”. Este augusto senador del “Palacio Parlamentario de Puerta de Tierra” acaba de expresar lo siguiente: “Hace más de un año que estamos pidiendo la renuncia de un superintendente que demostró total incapacidad para encaminar un plan y dirigir la fuerza policial de forma efectiva para beneficio de todo nuestro pueblo. En su lugar se convirtió en un brazo violento del partido de gobierno como se vio claramente en los incidentes de la Universidad de Puerto Rico y en los atropellos a ciudadanos que se expresaban en el Capitolio”.[5] ¿Es que acaso este augusto senador del palacio parlamentario con pilares de mármol hueco no se acuerda de las críticas que muchos sectores del país hicieron ante la confirmación de este individuo? ¿Acaso no se recuerda que con su voto de incoherente oposición a la mayoría que sustenta al gobierno ayudó a que este señor ostentara el cargo del que hoy le despiden?

            Sólo nos queda esperar que el nuevo superintendente no se gaste una millonada del presupuesto para renovar la flota de patrullas por los nuevos modelos de Bentley.


[1] El Nuevo Día http://goo.gl/nSBbf; Primera Hora http://goo.gl/v0e4z; El Vocero http://goo.gl/Udlcq.
[3] Dicen desde el poder ejecutivo que: “José Figueroa sancha fue un luchador incorruptible, incansable e implacable contra el crimen y el narcotráfico. Bajo su mando se atacaron y desarticularon poderosas organizaciones de narcotráfico como nunca antes se había visto en Puerto Rico”… ¿Entonces por qué lo despiden?
[4] Dice Figueroa Sancha: “Tengan siempre presente, que independientemente de las críticas que puedan venir de sectores motivados políticamente, el desarrollo del porvenir del Pueblo de Puerto Rico estarán íntimamente relacionados con el trabajo que realiza nuestra Policía”.

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