*Nota: Este escrito pretendí publicarlo en Facebook y por alguna razón ajena a mi voluntad fue censurado previamente. No me dejaba publicarlo a pesar de que no sobrepasa el límite de las 60.000 palabras en comentarios.
El
primer error que planteas es que sólo me informo de los medios afines al
gobierno venezolano. No sé qué base utilizas para decir eso. Que yo comparta
vídeos e información afín no significa que lea sólo eso, más sí que me hago eco
de mis gustos mediáticos y -por qué no- afines a mi sentir y preferencias
ideológicas. Significa que quiero compartir esa información porque yo me
posiciono con ella y me parece relevante lo que ofrece para romper el cerco
mediático oligárquico de los Ferré Rangel y otras empresas de los medios
corporativos de San Juan, como Mamery Inc. y otros en nuestro país, Venezuela y
Estados Unidos. Es más, si utilizo Facebook lo hago desde el conocimiento de a
quién sirve esta herramienta. Por eso, comparto la información que estimo sirve
para romper ese cerco hegemónico informativo y no para reafirmar aquella
información que sirve para reproducir los intereses de clase de un sector con
el que no soy afín. Yo no intento jugármela con el postulado posmoderno de la
imparcialidad, el no me posiciono porque los “dos son iguales” (pero que
siempre termina asumiendo como propios, como nos advertía Malcom X., los
argumentos de los opresores) y la objetividad seudo científica de las ciencias
sociales positivistas al servicio de unos cuantos. Me la juego desde una
postura y difundiendo lo que estime conveniente para defenderla.
El
argumento trillado de los yanquis para mí tiene un fundamento y es el historial
de intervencionismo (en nuestro país y en América latina). Además, no es ningún
invento la financiación (
alrededor de 5 millones de USD declarados en el presupuesto federal aprobado por el Congreso con el objetivo de financiar las
actividades de la oposición; más tomad en consideración los no declarados), la
captación de los supuestos líderes y eso que llamas “pésimas condiciones de
vida” son marcos subjetivos y que muchas veces vienen de una oligarquía que no
se acostumbra a ver a la gente de los cerros con posibilidades de
reconocimiento y ciudadanía por parte de un estado que era utilizado por ellos
para marginar a las clases populares. Además, esas “pésimas condiciones” de
vida, en muchos casos están condicionadas por las clases propietarias, y que
como en el caso de Chile, acaparan las mercancías para limitar el acceso al
mercado y producir la inflación en los precios de productos. Por eso falta
hasta el papel higiénico y hay que hacer colas para conseguir azúcar, sal y
otros productos de la canasta básica.
En
ningún momento planteé que la oposición es la única que protesta. En este
proceso revolucionario, los que se siente parte de él protestan y utilizan la
apertura democrática profunda para expresar su sentir en consejos municipales y
misiones populares. No utilizan armas ni cócteles molotov ni el acaparamiento
de mercancías para protestar. Lo que reafirmo es que este proceso
desestabilizador tiene las mismas caras, las mismas estrategias y las mismas
injerencias extranjeras (del norte opulento, por no ofender a los yanquis,
porque también vale recordar que Aznar y su camarilla facha en Europa fue coartífice
de lo que sucedió en 2002 y con el sabotaje petrolero a PDVSA) desde hace 15
años cuando Chávez le dio el batacazo electoral a los partidos del pacto de Punto
Fijo del 1958.
Yo
también conocí a muchos venezolanos de la oposición en Madrid, igual que conocí
a muchos venezolanos que están con la revolución y son críticos con la misma,
pero no desleales con el régimen constitucional. De igual forma, conocí a
opositores venezolanos que jamás apoyarían a personajes de la injerencia golpista
como los son Capriles o López en sus acciones; porque, más allá de la
diferencias, reconocen la valía democrática y participativa de la constitución
bolivariana de 1999. Demás está decir que no entiendo el argumento que utilizas
de las cifras. Decir que todos los venezolanos que conoces son opositores a
Maduro, no deslegitima su elección que fue avalada por observadores
internacionales (algunos poco sospechosos de izquierdistas o chavistas, como lo
es el Centro del expresidente Carter). Las cifras del apoyo a Maduro no las
conozco tampoco, más eso, nuevamente, no justifica la estrategia de
desestabilización reconocida por los promotores de todo esto. Eso no vale para
deslegitimar su mandato constitucional. Si eso es cierto, la oposición
fácilmente podrá convocar al referéndum revocatorio en el tiempo establecido y
podrá revocar el mandato de Maduro. Tampoco entiendo tu argumento de que un
tipo “sin educación” pueda ser presidente. No sé de qué tipo de educación estás
hablando. Para mí esto es un argumento completamente elitista. Él fue
recomendado por Chávez, y te recuerdo que ratificado por el PSUV para estar
donde está. En la constitución bolivariana y en la estadounidense se establece
el principio de igualdad para los cargos (a excepción de las condiciones de
edad y otros requisitos a venir con ciudadanía, inhabilitaciones, entre otros);
no hay que ser filósofo rey. Que en Venezuela sea posible que un chófer llegue
a ser presidente me parece un logro. En otros procesos constitucionales como el
uruguayo, el boliviano y el propio estadounidense (no se nos olvide el
presidente Reagan, un actor sin educación, aunque millonario) gente sin lo que
percibes como “educación” ha logrado ser presidente. Ese es un argumento de la
oligarquía criolla yanquilófila y de telenovela miamense que les corroía ver a
un militar taíno y del populacho ser presidente. Sin embargo, y que conste por
testimonio de compañeros de la izquierda española que Chávez era un voraz e
incansable lector que fomentaba la lectura a todos los ministros del poder
popular. Igual les sigue corroyendo la sangre que un chófer y la gente del
cerro sean dignificados por un aparato estatal al servicio de ellos y no de la
oligarquía criolla. A la oligarquía criolla les corroe la sangre que por
primera vez mucha gente tenga acceso a la escuela, a los médicos, a la cultura
y hasta la universidad, entre otros procesos de avance como que la renta
petrolera sea utilizada en beneficio de la redistribución y para la construcción
de nuevas alternativas de comercio internacional.
Que
el gobierno “abuse del poder y dispare a lo loco” es otro criterio subjetivo.
Poner orden ante una situación de desestabilización y cuyo propósito declarado
es “sacar a Maduro” no es abusar del poder. Es estabilizar los cauces
constitucionales y buscar un mínimo de consenso para poder seguir difiriendo en
la vida política fuera de la violencia.
Mi
argumento del legítimo uso de la violencia del estado lo puedes interpretar
como quieras. Es algo claro y sencillo en toda vida política moderna. Delegamos
al estado este uso para garantizar nuestra seguridad colectiva. Es algo que
parte desde los tratadistas. Algo que no hago es idealizar la política. En la
vida política hay violencia y su uso es la continuidad de la política por otros
cauces. No caigo en la ilusión de que un proceso revolucionario va a ser un
paseo idílico de paz y mucho menos cuando se trastocan los intereses y
privilegios de unos cuantos y de un imperio insaciable de su codicia por el
control de bienes energéticos (eso es la lucha de clases incoada por la
reacción). En Venezuela hay muertos, el gobierno no lo niega. Hay 10 muertos en
todo esto que comenzó el 12 de febrero, y esas muertes tú las adjudicas al Estado, mientras el estado intenta
evitar que siga cayendo más sangre y llamando a la lealtad constitucional, en
otras palabras, restaurar el mínimo consenso. Yo me sospecho, por otra parte, que son
muertes colaterales de un proceso iniciado por gente que pretende dar una
imagen de un estado totalitario y viciado por la violencia desmedida. Después
de las elecciones del pasado 14 de abril de 2013, hubo 14 muertos. Leopoldo
López, María Corina y Capriles Rodonski parecen no acordarse de ellos.
El
movimiento independentista de izquierda en Puerto Rico (incluyendo a los
compañeros social demócratas), está compuesto por gente que apoya el proceso de
cambio en América latina y no somos ilusos. Claro que sabemos que este apoyo
cuesta para alcanzar la independencia, y mucho más cuando los dos partidos de
mayoría (y cipayos del imperio en nuestra tierra) y los medios corporativos de
la isla están completamente viciados y sesgados a presentar a ese
"ignorante sin educación y totalitario Maduro" y cuando todos estos
han llegado a su nuevo consenso contra un cambio revolucionario en nuestro país: apoyar a Leopoldo López y su proceso de desestabilización. Lo del miedo a la
independencia tiene que ver con esto y muchas cosas más. Creo que lo sabemos
muy bien. Varios compañeros del partido me lo han recordado en estos días e
incluso ellos recomiendan más visión estratégica con esto. Se difiere, pero
incluso ellos saben lo que los partidos colonialistas y sus medios están
haciendo en Puerto Rico con esta situación. Por eso es relevante el apoyo
manifiesto.
Tú
usas descalificativos como hipócrita, fanatismo, pendejamente, enajenado, me
achacas chaquetismo oportunista y conveniente… No tengo pretensión alguna de
ser moralista con el lenguaje, pero ya que, igual que el domingo pasado,
prefieres comentar lo que publico de Venezuela, te pido de favor, que midas lo
que escribes. Yo intento ser respetuoso contigo en todo lo que diferimos. De
esta, nuevamente me retiro por cuestiones de tiempo.